viernes, 24 de julio de 2009

Toma colonia espacial

Esta semana que hemos celebrado la llegada del hombre a la Luna he reflexionado sobre lo difícil que es vaticinar el futuro. Recuerdo que cuando era pequeño, o sea aún más pequeño, parecía que ante la humanidad se abrían dos grandes autopistas de progreso: los viajes espaciales y la informática. La primera vía parecía más despejada que la segunda. Casi todas las películas proféticas presentaban a los hombres embarcados en naves siderales, las menos nos mostraban viviendo en el mismo sitio pero volcados en una computadora. Algunas combinaban ambas actividades.

Al calor del éxito de las misiones Apolo recuerdo haber leído en un libro muy serio que era más que probable que cuando fuera mayor viviera con mi familia en una colonia espacial. Un cero al profeta. Alguien ha comentado en el último post que no hemos vuelto a la Luna porque allí no había nada. Y probablemente es verdad. Hemos montado una Estación Espacial Internacional para hacer experimentos allá arriba y de vez en cuando sube algún turista al que le sobra un par de millones de euros pero no hay nada de viajes interplanetarios y no digamos ya intergalácticos... No, la historia no ha ido por ahí.

Con los ordenadores no estábamos tan despistados aunque en 1984 vinieron a dar un curso de informática al colegio, preguntaron si alguien sabía lo que era y levantaron la mano tres personas. Yo me apunté porque mi padre me dijo que eso era el futuro. Tenía razón, aunque nunca le encontré utilidad práctica a aquel cursillo de Basic. ¿Se acuerdan? "10 Input: ¿Quiere comprar dólares o francos suizos?" Un futuro que hoy nos suena rancio pero entrañable...

Pero lo que resulta más sorprendente no es tanto lo que hemos pronosticado y no ha sido, sino lo que nadie profetizó, ha sucedido y ha cambiado nuestras vidas. Me refiero a Internet. No conozco ningún libro o película de ciencia ficción que lo previera- les ruego me corrijan si alguien las conoce. Nos hablaron de naves rapidísimas, teletransportación de materia y hasta resurrección de muertos. También de sistemas de comunicación muy avanzados, pero siempre entre una elite de sujetos, los comandantes de una flota espacial, por ejemplo, pero nunca como una red en la que todo el mundo pudiera participar, para aportar y para consultar. No vivo en una colonia espacial pero puedo intercambiar información gratis con cualquier sujeto en tiempo real y en cualquier punto de la Tierra. Lo prefiero.

Internet parece ahora algo un invento muy lógico, como el arado o el tenedor, pero a nadie se le ocurrió hasta que a alguien se le ocurrió. ¿Cuál será el siguiente gran gran avance que tenemos delante de los ojos y nadie es capaz de prever? Averígüelo y fórrese siendo el primero en montar una empresa que le saque rendimiento económico.

Foto: Penguinbush

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo conozco un tío que aseguraba que internet no dejaba de ser una moda. "Ya pasará esta moda, ya verás". Debe ser que le daba pereza ponerse a ello. De todas formas ¿no les parece que al mismo tiempo que nos ha abierto miles de caminos, también nos ha empobrecido un poco? Todo gira forzosamente alrededor de la red, así que todos hemos caído en esta tela de araña.

Anónimo dijo...

Internet es un invento maravilloso. Me parece increíble que sólo haga diez años que lo utilizo. Hice la carrera sin saber lo que era, para los trabajos del insti utilizaba una enciclopedia de mis padres que terminaba con la llegada de Brézhnev y el primer correo electrónico lo mandé a los 23... Me acuerdo que un año antes un amigo me preguntó si tenía mail y yo dije, ¡sí, mail...! Como si me hubiera preguntado si tenía una nave espacial.
A mis alumnos jóvenes les preguntaba si recordaban cómo habían conocido Internet y me miraban como si tuvieran que recordar la primera vez que vieron una bombilla encendida. Mis abuelos rememoraban la llegada de la electricidad a su pueblo. Quizás yo, cuando sea una venerable anciana, pueda contarles a mis nietos el día que me abrí una cuenta en hotmail.

Anónimo dijo...

El otro día vi con mi hermano Regreso al futuro II que tiene lugar unos veinte años después de 1985. Mucho coche que vuela, mucha teleconferencia en pantalla gigante (craso error, quién quiere que le vean el careto mientras habla por teléfono) pero ni Internet, ni presi negro. Era el futuro del pasado.