martes, 29 de diciembre de 2009

Curso de silbo gomero por Internet

Hay épocas del año en que a uno le da por repetirse. Manuel Vicent escribe sobre toros -contra las corridas- al arrancar la Feria de San Isidro de Madrid cada mes de mayo y a mí -salvando las distancias- en Navidad me da por escribir sobre la isla de la Gomera. Es natural, paso desde hace años estas fiestas en la tierra natal de mis abuelos, donde conservamos una estupenda casa familiar del siglo XVII -perdonen la inmodestia, pero una de las mejores del lugar. Puesfijate -ya lo sabrán muchos- que en este lugar perdido del Atlántico mantienen un lenguaje ancestral a base de silbidos, lo que les permite comunicarse entre las escarpadas montañas que forman la isla. Un sistema muy útil antes de la llegada del móvil y aún hoy cuando no se tiene saldo, batería o cobertura, o en lugares abarrotados de gente.

Sí, mis fieles lectores, ya hablé de esto hace dos años, así que les ahorro el rollo y para saber más -por ejemplo, que se puede chiflar en cualquier idioma porque es un lenguaje fonético, o por qué en mi familia no sabemos silbar- les remito a mi post correspondiente. Pero hoy quería añadirles una cosa nueva. Siempre he dicho que me gustaría apuntarme a un curso para aprender este curioso sistema de comunicación. Ahora se estudia en los colegios de la isla y veo anunciadas clases en las paredes de su capital, San Sebastián de la Gomera, pero el inconveniente es que ni estoy en edad escolar ni puedo pasarme una temporada lo suficientemente larga como para aprender algo. Puesfijate que Internet puede darme la solución. He descubierto que la página busuu.com, dedicada a la enseñanza de idiomas, propone un curso on line con el lema "conviértase en silbador". Soy un poco escéptico sobre este tipo de enseñanza pero me apetece tanto el reto y me parece tan bizarro que igual le dedico unas horas libres. Si aprendo algo les prometo un vídeo demostrativo.

Felices Navidades con algo de retraso.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Pruebe su agudeza visual

Este proyecto, que se desarrolla en el puerto de San Sebastián de la Gomera, ayuda a "reducir las disparidades sociales y económicas" de los ciudadanos de la UE, según dice en el cartel. Preo ¿podría decirnos en menos de 20 segundos a qué no ayuda en absoluto?

Respuesta: A difundir la buena ortografía. ¿Se han fijado en el "contribulle"? Pues lleva así varios meses.

martes, 22 de diciembre de 2009

Ludopatía de Navidad

Dentro de unas horas se celebra el sorteo de Navidad así que puede que cuando me lean puede que la lotería me haya hecho millonario. O les haya hecho millonarios a ustedes. Soy fan del 22 de diciembre y como el año pasado ya les conté los diez motivos para amar esa fecha no voy a repetirme. Pero voy a añadir un undécimo motivo: ese día disfruto de una ludopatía bajo control bastante parecida al placer del tipo que sólo se toma unas copitas en los grandes acontecimientos. El resto del año casi no juego, pero para este sorteo me gusta llevar muchos numeritos, si es posible con todas las terminaciones, y sobre todo repartir participaciones o décimos entre mis seres queridos. Porque es un sorteo para ganar acompañado, lo más opuesto a la suerte del tipo que hace saltar la banca en el casino y sale por la puerta de atrás para que nadie se entere. Si uno gana la lotería de Navidad tiene que exhibirse, pegar saltos por la calle y abrir delante de las cámaras una botella de champán con los amigos o con los compañeros de trabajo. Es un día en el que los telediarios abren con una buena noticia y hay que contribuir al buen rollo, aunque quede uno como un hortera.

Dicho esto, nos ponemos serios, o sea matemáticos. ¿Qué probabilidad hay de que me toque mañana el gordo? Jugando un sólo número la probabilidad es una entre cien mil. No es tan improbable. Si jugáramos todos los días de nuestra vida y vivierámos ochenta y tantos años (30.000 días) tendríamos alrededor de un tercio de probabilidades de que nos tocara el primer premio alguna vez. El problema es que para entonces nos habríamos gastado bastante más de lo que reparten... Leo en una curiosa y macabra estadística sobre las causas de muerte en EE UU que 1/100.000 también es la posibilidad aproximada de morir un año concreto atragantado con un objeto o en el incendio de un edificio. Otro ejemplo para calibrar las posibilidades que tenemos: pienso en alguien que viva en Madrid -ciudad de unos cuatro millones de habitantes. Y luego salgo por una calle elegida al azar. La probabilidad de que me toque la lotería jugando un sólo número es la misma que la de encontrar a esa persona entre las primeras cuarenta que me cruce -suponiendo que todo el mundo saliera a la calle con la misma frecuencia, claro.

¿Difícil? Bueno, yo una vez quería ver a una chica que había ido a una manifestación cerca de mi casa, una de esas concentraciones en las que se juntaban al menos cien mil personas -según cálculos científicos, según los convocantes, dos millones- y la primera persona a la que me encontré fue a ella. Entonces me alegré mucho pero después visto lo visto hubiera sido mejor que me tocara la lotería... En fin, les dejo soñar, que es gratis, aunque para soñar que te ha tocado el Gordo conviene haberte gastado algo...Y les dejo con la musiquita aquella del Calvo de la Navidad con la que se anunció el sorteo en años anteriores. Una melodía maravillosa llamada Interior Student Cafe compuesta por Maurice Jarre y que pertenece a la banda sonora de una no menos maravillosa película: Doctor Zhivago. Lo dicho, que la suerte les acompañe.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Así se hace el vídeo de una boda

Ir a visitar a unos recién casados se convierte a veces en una aventura peligrosa. Te arriesgas a que te castiguen con tres tomos de fotos a cual más cursi y de postre un vídeo largometraje lleno de miradas cómplices, parques y hasta cisnes. He visto alguno bueno, es verdad pero en general son muy largos, en general se hacen pesados y no interesan a nadie que no haya participado en el enlace. Lo cual tiene su lógica porque son de consumo interno, claro. Y uno se pregunta ¿No podrían hacer uno más completo, de recuerdo para los novios, y otro, un resumen bien hecho para enseñar a las visitas?

Pues fíjate que el otro día escarbando en internet, mi manera favorita de perder el tiempo, me encontré uno que me encantó. Y eso que no conozco ni al novio -un tipo italiano bastante cachondo- ni a su ahora esposa, una chica filipina. Dura lo máximo que debe durar un vídeo en la era de Internet: cinco minutos. Y me parece precioso y original. La escena en la que el futuro marido regala a sus amigos su agenda de ex ligues parece de película de Fellini. La ceremonia en Manila está extraordinariamente bien realizada. Y la música de Nino Rota (El Padrino) y Ennio Morricone (Cinema Paradiso) acompaña muy bien las escenas. Pese al tono humorístico de la trama, me ha emocionada. A ver si a ustedes les pasa lo mismo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Fútbol insólito: El autogol más tonto

Prometimos hace dos meses que, para desengrasar de tanta epístola, recogeríamos en este blog de vez en cuando alguna escena curiosa del mundo del fútbol. La de hoy no transcurrió en ningún estadio de primera -no hay más que ver el campo- sino en un partido del equivalente a regional preferente inglesa. El polaco Pitor Skiba, portero del Farsley Celtic, ataja bien una jugada de ataque del equipo rival pero al intentar sacar el balón se hace un lío y se mete un gol en propia meta de lo más ridículo. En España, en primera división creo recordar, sucedió algo parecido hace años. Aquí les destacamos esta desgraciada jugada por una cuestión de actualidad (sucedió hace unos días) pero si quieren darse un atracón de carambolas increíbles, goles rarísimos, fallos inexplicables y jugadas insólitas les recomendamos este enlace. A ver si pueden ver el vídeo entero sin reírse.

sábado, 5 de diciembre de 2009

37


Ayer me cayeron 37 años. La verdad es que a partir de cierta edad ya no gusta tanto cumplirlos pero nos lo tomaremos con el mismo buen ánimo con que nos tomamos los 36 y hablaremos un poco de las propiedades del numerito en cuestión. Un numerito muy curioso, mucho más que el 36, aunque aquel sea primo y éste tenga muchos divisores. Atentos y no se pierdan.

El 37, ya lo hemos dicho, es un número primo, o sea que sólo es divisible por el uno y por sí mismo. Además, está compuesto de cifras -3 y 7- también primas. Dos cifras que suman diez y cuyo producto es 21, algo que no tendría nada de particular si no fuera porque 3, 7 y 21 me parecen números muy bonitos. Y ahora llegamos a las cosas serias. Leo en el estupendo rickblog algo que no sabía: si multiplicamos nuestro número por tres y sus múltiplos y nos encontramos lo siguiente:

37x3=111 (ojo, 1+1+1=3, que es por lo que multiplicamos nuestro número)
37x6=222 (ahora multiplicamos por 6, o sea 2+2+2)
37x9=333
37x12=444
37x15=555
37x18=666
37x21=777
37x24=888
37x27=999

Esta regla la explica muy bien un tal Carlos, campeón del concurso Cifras y Letras en un vídeo que podemos ver aquí, por cierto...



Pero las curiosidades no se quedan aquí. Resulta que si un número de tres cifras es múltiplo de 37 (por ejemplo, el 962) también lo será si rotamos sus cifras a la derecha o la izquierda (ojo, no si lo invertimos). Es decir que dada una estructura numérica ABC también serán múltiplos CAB y BCA (pero no CBA). En el ejemplo dado, el 296 y el 629.

Sabiendo que 111, 222, 333 etc son múltiplos de nuestro protagonista no es difícil localizar otros de tres cifras, sumando o restando 37. Pero lo asombroso es lo fácil que resulta deducir si cualquier número lo es, independientemente de lo largo que sea, tal y como explica Alvy, uno de los coautores del prestigioso blog Microsiervos. Dado un número cualquiera, por ejemplo el 35631, lo dividimos en grupos de tres cifras empezando por la derecha. Así nos quedaría 035 (añadimos los ceros que haga falta a la izquierda hasta tener tres cifras) y 631. Sumemos ahora ambos conjuntos: 035+631=666. Pues bueno, como 666 es múltiplo de 37 resulta que el número original también lo será (37x963). Probemos con un número mayor, el 4567872. Lo repartimos en grupos de tres empezando por la derecha: 004, 567 y 872. Y sumamos: 4+567=571. Y 571+872=1443. Como aún es un poco largo, repetimos en procedimiento con ese último número: 001+443=444... que como sabemos es múltiplo de 37, así que el número original también lo será (37x123456).

Como es tan fácil deducir si un número es múltiplo de nuestro querido 37 se ha creado un grupo en Flickr -la página más popular de fotografías en Internet- de gente que se dedica a encontrarlos en matrículas de coches, números de casas e incluso en códigos de barras. Entre los fanáticos de este pasatiempo, que por lo visto engancha, está el citado Alvy y un italiano llamado mag3737 que me da que es el precursor de toda esta locura numérica (aquí sus fotos).

Bueno y dejando ya el fascinante mundo de las matemáticas, pero sin abandonar a nuestro protagonista de hoy, les contaré algunas cosas buenas que le pasaron a personajes célebres cuando tenían 37 años. Con 37 años, Miguel Ángel concluyó los frescos de la Capilla Sixtina. Beethoven tenía ésa misma edad cuando compuso su Quinta Sinfonía, aunque la estrenó una semana después de cumplir los 38. 37 tenía también Don Juan Carlos cuando juró como Rey de España. Y con 37 empezó a rodar Clarck Gable Lo que el viento se llevó. No creo que este año vaya a pintar yo la cúpula de los palacios vaticanos pero si al menos espero que este número tan curioso me traiga cosas buenas. Ya les contaré cuando cumpla 38.

[La foto que ilustra este post es del citado Mag3737]

lunes, 30 de noviembre de 2009

La mirada del inocente

Los medios tienen -tenemos- mucho poder. Por ejemplo, el de difundir en unas horas una sentencia -la nuestra- que a un juez le llevaría meses tomar y siempre tras una minuciosa investigación. Si hay un crimen y un detenido, automáticamente tendemos a dar por cerrado el proceso. No hacen falta pruebas, ni declaraciones de testigos, ni exámenes periciales, ni cuenta para nada la propia declaración del imputado. En ocasiones tendemos a dulcificar el veredicto usando el término presunto -lo cual es correcto- pero el problema es que los titulares tienen que ser cortos y a menudo esa palabra se cae de la única frase de la noticia en la que se fijan muchos de los lectores.

Confío en la policía y creo que un porcentaje elevado de las veces que arresta a alguien lo hace con sólidas razones. Pero decir que alguien es un asesino o un ladrón antes de que haya un juicio siempre es incorrecto, con independencia de que luego así lo determine la sentencia. Simplemente habremos acertado como el burro que sonó la flauta por casualidad. Pero este caso es bastante más grave que tocar una flauta: jugamos con la reputación de las personas. Y en algunos casos el daño es irreparable. No es esa ausencia de rigor lo que no enseñan en la facultad o en el máster de turno. Hace 12 años escribí un artículo para el periódico de la Escuela de Periodismo de EL PAÍS sobre un juicio por asesinato en el que daba por hecho que el acusado era culpable. "Si publicáramos esto mañana tendríamos una querella en el juzgado", me reprendió mi estupenda profesora Belén Cebrián. Sí, nos lo han enseñado. Pero a veces olvidamos lo básico.

Este fin de semana se han batido todos los récords de imprudencia periodística en este tema. Un joven de 24 años había sido detenido en Tenerife por el asesinato y violación de su hijastra. Muchos medios, inflamados por la repugnancia que provocan estos sucesos, condenaron de entrada al tipo. Sin más miramientos porque cuanto más abominable es el crimen mayor es la tentación de emitir un veredicto fulminante. El diario ABC, al que tengo un gran cariño por determinadas circunstancias que explicaré otro día, fue el más contundente: "La mirada del asesino", tituló en primera página con una foto de Diego P. V.

La imagen del tal Diego no ofrecía dudas para el observador predispuesto a darlo por culpable: una mirada torva, oscura, inquietante... la mirada de un culpable... o quizá la de un inocente que estaba viviendo un infierno -en este caso la palabra no es una hipérbole- al sentirse acusado de un crimen que no había cometido. El desarrollo de los acontecimientos demostró que estábamos ante el segundo supuesto. Un estudio forense posterior demostró que la niña había muerto por las heridas sufridas al caer de un columpio y su padrastro quedó en libertada. Sin cargos, sin fianza y con la vida y la reputación destrozadas.

Tal vez pueda superarlo. Dentro de lo que cabe, y dentro por supuesto de la tragedia, Diego ha tenido suerte. Su linchamiento ha durado 48 horas y su absolución ha sido difundida de forma profusa precisamente por lo escandaloso de la injusticia que habían cometido los medios. Mucho peor hubiera sido que su inocencia se hubiera descubierto a lo largo del juicio, quizá dentro de unos años, cuando la reparación de la honra y de la salud mental del acusado fueran ya imposibles. Dicho esto, concluyo que no me gustan los linchamientos de ningún tipo, ni siquiera los de los culpables. Entiendo que el familiar de un asesinado quiera matar al criminal, pero me son profundamente antipáticas esas masas que se concentran ante los juzgados para machacar al condenado de turno. Me quedo con el padre Brown, que descubría al culpable pero siempre intentaba salvar su alma.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mi marido me pegaba lo normal

Hoy se celebra el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La violencia machista es algo que ha existido siempre y desgraciadamente será muy difícil de erradicar. Hace apenas una década cuando un hombre mataba a su mujer el crimen se calificaba de pasional y ocupaba un breve en las páginas de sucesos. Cada caso se consideraba un asunto aislado y no una manifestación de un fenómeno -la dominación de la mujer por el hombre- muy presente en la sociedad y que podría resumirse en una frase manida y contundente: "La maté porque era mía".

Sólo hace unos años, menos de diez, las autoridades abordar este problema de forma global. Se popularizó el concepto de violencia doméstica -hoy se prefiere violencia machista- y algunas mujeres descubrieron que estaban siendo maltratadas. Que aquello de "mi marido me pega lo normal" no era nada normal. Ni aceptable. No sé si las medidas que se ha tomado desde entonces han dado resultado: algunos dicen que son contraproducentes, pero hoy algunos medios publican que el mensaje empieza a calar después de unos años y las cifras de muertes empiezan a declinar. Pero lo que no cabe duda es que ha habido un gigantesco cambio en nuestras mentalidades.

El vídeo que incluyo hoy en el post -y que muchos recordarán- no es de hace cien años. Forma parte del espectáculo de Fin de Año con el que los españoles recibimos 1991. Martes y 13, un grupo que no se caracterizaba por su incorrección política, hacía mofa de una mujer maltratada. No recuerdo que hubiera un especial revuelo con el asunto. Hoy la emisión de un sketch así llevaría a dimitir al director de RTVE y abriría periódicos y telediarios. En el mismo saco de humor que hoy nos chirriaría incluyo por ejemplo los chistes de Arévalo sobre gangosos o mariquitas, dos categorías inevitables en sus recopilaciones de chascarrillos. Abomino de la corrección política extrema pero creo que al menos en esto hemos mejorado.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Risas enlatadas

¿Quieren introducir en sus lugares de trabajo un elemento de distensión, para liberar tensiones de vez en cuando? No, no les voy a recomendar que cuelguen un saco de boxeo del techo de la oficina, es algo más sencillo. Incluyan en el escritorio de su ordenador un botón de risas enlatadas, ésas que suenan en las comedias y que, según algunos, insultan a la inteligencia del espectador indicándole cuándo tiene que desborregarse. Es muy fácil hacerlo: se baja uno de internet (aquí por ejemplo) un archivo de sonido y cada vez que la ocasión lo requiere, pincha y se escuchan las carcajadas.

Si alguien pregunta si es cierto que va a haber una subida generalizada de sueldos, lo aprieta (risas enlatadas). Si viene el jefe y pide para dentro de una hora un trabajo que requerirá siete, lo aprieta (risas enlatadas). Si alguien sugiere que tal vez determinado departamento podría encargarse de una tarea cuando faltan diez minutos para que sus integrantes salgan pitando para sus casas, lo aprieta (risas enlatadas). De hecho hemos pensado otorgar en Navidad un premio con ese nombre a la frase más jocosa del año.

Las risas enlatadas, según leo por ahí, sonaron por primera vez en televisión en 1950 en The Hank McCune Show. Fueron inventadas por un técnico estadounidense llamado Charles Douglass. Cuenta el breve pero interesante obituario que le hizo The New York Times que murió en 2003, a los 93 años. Por la misma fuente me entero de que Douglas concibió una máquina de risas, que hoy incorpora desde carcajadas a pequeños suspiros, que puede combinar 40 sonidos distintos y -lo más interesante- que incluye ejemplos de risas de gentes de otras culturas, que por lo visto expresan su regocijo de manera muy distinta a los americanos. Lo que no dice es si sus dos hijos o su mujer -31 años más joven que él- cobran algún tipo de derechos de autor.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Despedida a un tipo majísimo

Ayer tuvimos en el periódico la cena de despedida de Rafael Fraguas, que se prejubila. Rafa llevaba en el diario desde su fundación y el acto fue un acontecimiento extraordinario, por emotivo, por sincero, por divertido. Hubo discursos, lágrimas, muchísimas risas y acabamos a las 5.30 de la madrugada en un karaoke donde el homenajeado demostró que, además de un grandísimo periodista y una excelente persona, el jodido canta bien.

Tengo que salir pitando de viaje en unos minutos así que dejo para otro día un post más largo y elaborado sobre el personaje. Pero les dejo con el vídeo homenaje que le ha hecho uno de sus compañeros de sección, y antiguo colega del digital, Víctor López. A los que conozcan a Fraguas -su pasión por la historia, por las teorías conspiratorias, por las historias de espías- y conozcan un poco el periódico -todos son referencias, algunas en clave a nuestras historias internas- les encantará. Pero creo que merece la pena incluso para aquellos que no han tenido la suerte de toparse con él. Lo dicho, otro día glosamos al personaje.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Vuelven los minutos musicales: Clementi (II)

Después de casi año y medio sin ofrecer a los lectores de Puesfijate mis estupendas interpretaciones al piano vuelven los minutos musicales. Antes me grababa mi hermana Bea, que vivía conmigo y tenía mucha paciencia. Ahora me tengo que grabar yo, aunque he descubierto que no es tan difícil. Desde la última vez que di un concierto para este blog ha cambiado el escenario: he reformado la casa. Y he mejorado un poco, no digan que no, respecto de los recitales anteriores. Aunque los progresos con el piano son lentísimos y más cuando uno empezó con 30 años sin tener ni idea de solfeo.

Hoy escucharemos la primera parte del primer movimiento de la tercera sonatina (op 36) de Muzio Clementi. Doy alguna nota falsa (al menos tres muy claras), suena el timbre del portero en medio del recital y a ratos me trabo: en un momento, especialmente dramático, me quedo clavado más de dos segundos. Pero creo que la mejora es notable. Progreso muy lentamente porque a parte de las dos clases semanales sagradas con mi querido Óscar practico poco en casa. Pero ni un día en estos casi siete años me he arrepentido de empezar de cero a tocar el piano. Aunque en alguna ocasión se me ha pasado por la cabeza que quizá hubiera sido más fácil dedicarme a la guitarra...

lunes, 2 de noviembre de 2009

Un poco menos Luthiers

Fui a ver ayer -gracias a la generosidad de mis tíos y en un asiento de primera- el último espectáculo que Les Luthiers han traído a España -que no su último espectáculo- Los Premios Mastropiero. Fue hace 25 años cuando mi tía Flor y mi querido compañero de colegio Jorge Galván me iniciaron en la adoración del original grupo de músico-humoristas y desde entonces he visto casi todos sus espectáculos -seis o siete veces en vivo-, he comprado dvds de muchas de sus actuaciones y he incorporado a mi acervo de frases recurrentes muchas de sus frases ocurrentes, como "estatua ecuestre, cuestre o lo que cuestre" o monólogos enteros como el antológico de El sendero de Warren Sánchez que empieza diciendo "yo era un desgraciado...". Digamos que soy un fan suyo como de muy pocas cosas en la vida -el Real Madrid, Chesterton, quizá Joaquín Sabina.

Por eso me da tanta pena decir que la función que fui a ver ayer me decepcionó un poquito. Tampoco mucho, eh, me reí bastante. Pero creo que no incorporaré ni uno sólo de sus episodios al catálogo de mis favoritos. De hecho los dos mejores momentos del espectáculo fueron repeticiones de espectáculos pasados: el disparatado diálogo sobre el merengue con la musa de la danza -Terpsícores- bailando por en medio y la propina, una cantata encargada a Mastropiero por el célebre ginecólogo y obstetra Schmerz von Utter. De resto la actuación me pareció medianita, de unos Luthiers no en horas bajas, porque afortunadamente nunca las han tenido, pero al menos poco inspirados. Chistes más fáciles que en otras ocasiones, golpes previsibles, sketches rematados sin su genialidad habitual...

Naturalmente, hay cosas que nunca fallan: su cuidadísima expresión corporal, pese a los años; la vis cómica de Rabinovich; su talento como músicos; su imaginación para fabricar instrumentos... Y sobre todo su versatilidad como intérpretes, ahora que sé lo que cuesta tocar un piano. Pasan en un instante de una armónica psicodélica al violín y al segundo siguiente fabrican una melodía bellísima acariciando copas de cristal. Todo eso está muy bien, sí, pero yo creo saber lo que se le puede exigir a Les Luthiers y la función que vi ayer estaba un poco lejos de su mejor momento. Flojeaba lo fundamental: el guión. Y por un momento temí que fuera consecuencia de la muerte, hace un par de años de su colaborador áureo, Roberto el Negro Fontanarrosa. Pero no, nada que ver. El show es de 2005 y sólo ahora ha llegado a España.

A la salida oí a varios espectadores que coincidían en mi diagnóstico. "Quizá es que los hemos visto tantas veces", decía uno... Me alivió escucharles. Cuando uno va a ver a Les Luthiers parece que antes de la función ya sabe lo que va a pensar después: "Qué derroche de humor inteligente -expresión pelín pretenciosa que aborrezco-, qué chistes más brillantes, qué guión más redondo". Y cuesta ser sincero y decir que por una vez no han estado tan geniales. Como costaba hace años decir que no te gustaba una película de Woody Allen, otra vaca sagrada del humor inteligente -argggg- aunque últimamente, entre algún bodrio que cuela y su propia modestia -"no se puede ser siempre genial"- se ha hecho menos vergonzante nadar a contracorriente cuando el Rey está desnudo.

Quizá me estoy pasando con la crítica porque el listón de mis expectativas estaba demasiado alto y si hubiera visto la misma actuación representada por otro grupo me habría parecido extraordinaria. De hecho les digo una cosa: aunque supiera que su siguiente función iba a ser como ésta, sólo moderadamente brillante, pagaría la entrada para verla. Porque a estos tipos les pasa como le sucedía a Martes y 13: que en su momento más discreto son superiores a toda la competencia junta. Pero, por favor, que vuelvan a su mejor versión. O que repitan hasta la saciedad sus grandes éxitos, que nos vamos a reír igual.

miércoles, 28 de octubre de 2009

John Silver, el psicópata

Siempre digo que leer es como conocer gente nueva y releer aquello que nos ha gustado es como visitar a un viejo amigo. Un placer extraordinario, aunque ya sepamos lo que nos vamos a contar: o precisamente por eso. Puesfijate que el otro día, tras releer un libro que va sobre relecturas, La infancia recuperada de Fernando Savater, me dio por volver a sacar de mi biblioteca La isla del Tesoro. Savater decía que se sumergía en sus páginas una vez al año y yo tenía un recuerdo muy confuso de la obra de Stevenson. Una mezcla de lo que leí hace veintitantos años, incitado seguramente por mi primo Pablo, lo que he leído después sobre la historia, e imágenes de películas, en especial una en blanco y negro -o yo no tenía televisión en color- absolutamente terrorífica. Sobre todo cuando el ciego le daba la mancha negra a Billy Bones y moría poco después pisoteado por unos caballos mientras buscaba a gritos a Perro Negro.

La lectura de La isla del Tesoro es una delicia con 10 años y con 36. Cuando uno es pequeño disfruta sobre todo de la aventura, porque nuestras emociones están más despiertas, menos erosionadas y sentimos más el miedo, el asombro, la angustia o la alegría. Con el tiempo aprendemos, para bien o para mal, a separar mejor la realidad y la ficción, interiorizamos que las novelas o las películas están en un plano distinto al de nuestras vidas y perdemos empatía con los protagonistas: nos cuesta más meternos en su piel. Pero el ojo adulto descubre en la novela de Stevenson detalles interesantísimos que se pierde el niño. Por ejemplo, el estupendo retrato psicológico de los personajes. No son figurantes de un cuento infantil, monigotes maniqueos pintados con cuatro trazos, sino tipos complejos, volubles, con aristas. Como usted, como yo y como todo el mundo.

De todo el repertorio de tipos humanos que pululan por la novela me quedo, sin dudarlo un minuto, con John Silver, El Largo, para mí su verdadero protagonista. Jim Hawkins es el narrador de la historia pero también él -quizá el que más- no puede escapar de la tremenda fascinación que irradia el marinero con una sola pierna. Es el centro de la acción porque todos los personajes le aman, le temen, le respetan, le odian con una fuerza extraordinaria. Tiene cautivados, en su sentido literal, aprisionados a todos los que le rodean.

John Silver es terriblemente malvado. No sé si en la época de Stevenson estaba acuñado el término, pero es un psicópata de manual. Antes que él -el Yago de Otelo- y después -pienso en la trilogía de Larsson- la literatura, y no digamos el cine, ha engendrado tipos de una perversidad similar. Pero pocos pertenecen a una categoría tan peligrosa. Porque el pirata cojo es además es un seductor, un líder diabólicamente inteligente. Miente, manipula y convence. Puede intentar matarte pero si las circunstancias cambian es capaz de persuadirte, cinco minutos después, de que es tu amigo y el hombre más virtuoso sobre la tierra. Afortunadamente no abundan los tipos como Silver. Pero si sospecha de que tiene alguno cerca, huya antes de ser arrastrado por su maligno magnetismo. No todo el mundo tiene la suerte de desenmascararlos oculto en un barril de manzanas.

viernes, 23 de octubre de 2009

Fútbol insólito: La doble chilena

En Puesfijate nos pasamos últimamente con larguísimas epístolas sobre cualquier asunto así que hemos creado una nueva sección para desengrasar. Como lo fue en su día Minutos Musicales, que esperamos recuperar cuando alguien tenga la paciencia de grabarme tocando el piano -mi hermana hace meses que abandonó el hogar familiar. Fútbol insólito pretende ser una selección de imágenes curiosas del deporte rey, golazos, jugadas polémicas y cosas de esas. Hoy se estrena con un gol increíble que se marcó hace unos días en el Rió Branco-Serra en la Copa Espirito Santo de Brasil. Como decía mi amigo Berto, con quien iba de pequeño al Heliodoro a ver jugar al Tenerife: "¡Ónde vas, pastel, sajaso!". Que lo disfruten.

martes, 20 de octubre de 2009

La vida siempre es maravillosa, aunque a veces puede ser bastante jodida

El viernes por la noche nos sorprendió a todos la muerte de Andrés Montes, el histriónico periodista deportivo que ponía motes inverosímiles a todos los jugadores de fútbol y baloncesto, el inventor de expresiones tan populares como "jugón", "tiqui-taca" o "la vida puede ser maravillosa". No sabemos de qué se ha muerto pero como se supone que no atravesaba un buen momento profesional -no había renovado su contrato con la Sexta- muchos han apuntado enseguida la hipótesis del suicidio. Es una posibilidad truculenta pero no mucho más pausible que otras, por muy mal que le fuera. Parece que no nos damos cuenta de que -si es verdad- que estaba triste o deprimido también era muchísimo más probable que le diera un infarto, un derrame cerebral o lo que sea. Pero dejo el tema: a mí tampoco me importa demasiado de qué haya fallecido, lo siento en todo caso por su familia y por él. Era muy pesado pero también un tipo entrañable al que estoy seguro que escuchaban divertidos sus mayores críticos. Aunque fuera a ratos cuando nadie los veía.

Puesfijate que tras conocer la noticia casi todos tuvimos la ocurrencia fácil de decir aquello de "la vida puede ser maravillosa pero no tiene por qué serlo". Yo también lo dije, pero ahora pensándolo mejor, rectifico. Nuestra existencia es a ratos estupenda, a veces horrible y las más de las veces, mediopensionista. Como los libros de autoayuda no dejan de repetir, la felicidad depende en parte de lo que nos pasa y en gran parte de cómo nos lo tomamos. Pero la vida en sí, nuestra vida, cada vida, es, si reflexionamos, en esencia maravillosa. Aunque luego no nos pasen más que desgracias.

Me explico. Yo creo parte de la culpa de que no aguantemos bien los pequeños contratiempos de la vida -los grandes infortunios son más fastidiados de sobrellevar, por mucho que filosofemos- procede de la idea de que estamos en este mundo por una suerte de derecho divino. Que teníamos que existir sí o sí. Es lógico. Desde que tenemos recuerdos siempre hemos existido. Pero si analizamos un poco cómo carajo hemos llegado aquí -procuren no marearse- nos daremos cuenta de que somos una casualidad infinitesimal. Cuando alguien dice "si mi abuelo no hubiera ido a la guerra yo no hubiese nacido" yo pienso "no, si tu abuelo se hubiera apuntado a la guerra un segundo después, tu no habrías nacido". Y no te digo nada si la primera célula que pobló la Tierra hubiera perecido en el intento, o si no se hubieran extinguido los dinosaurios. O si se hubieran extinguido un minuto después. El presente es el resultado de trillones, por decir algo, de circunstancias interdependientes, si hubiera cambiado sólo una, todo sería diferente. Incluidos nosotros, no íbamos a ser especiales.

Por eso digo que la vida, la de cada uno, es siempre algo maravilloso. Reímos, lloramos, lo pasamos bien, mal o fatal porque nos ha tocado un número en la inmensa lotería cósmica de la que hablamos. Aunque sólo sea por la novelería de conocer el mundo casi todas las vidas merecen la pena ser vividas, sobre todo si reflexionamos sobre la inmensa suerte que hemos tenido de estar aquí. Pero incluso en aquellos casos en los que no merezca la pena el viaje -pensemos en un tipo nacido en un campo de concentración que sólo conozca el dolor y la muerte- la experiencia siempre será más interesante que la alternativa: no existir. Eso sí que tiene que ser un coñazo.

PS: Sobre la muerte de Andrés Montes les recomiendo el blog de su amigo Iturriaga. Un obituario para leer con una sonrisa.

jueves, 15 de octubre de 2009

75 años de la Revolución de Asturias

El otro día nosequé periodista de un medio británico -me da pena no acordarme- publicó en un artículo las cosas que nunca debe hacerse en este oficio, entre otras hacer listas del estilo de "las diez frases más célebres de la historia del cine" o poner demasiado énfasis en los aniversarios. En Puesfijate no estamos de acuerdo, nos encantan las listas y hoy vamos a hablar de una efeméride que se celebra estos días aunque la prensa, quitando la regional, no ha dado, para mi sorpresa, demasiada cuenta de ello.

Se trata de los 75 años de la llamada Revolución de Asturias. Quizá el escaso eco de la efeméride en los medios, habitualmente sobresaturados de otros aniversarios, se deba a que el 75 no parece un número demasiado redondo. A mí si me lo parece, bastante más que el 70 o que el 80, pues es tres veces 25, los tres cuartos del siglo. Pero bueno, hoy vamos a hablar de historia y de política, dejamos las matemáticas para otro día. ¿Qué decir de los sucesos de octubre del 34? Hay una visión revisionista de la historia impulsada en los últimos tiempos por cierto sector de la derecha, que apunta más o menos a que esa es la verdadera fecha de comienzo de la Guerra Civil. Que la sublevación de Franco dos años después fue un ejercicio de legítima defensa contra la deriva marxista de la república, cuyo primer coletazo había sido la Revolución del 34.

Este argumento, naturalmente no se sostiene. Franco dio un golpe de Estado contra un Gobierno legítimo al que siguió una guerra civil, una durísima represión y una larga dictadura, y eso no puede justificarse de ningún modo. Pero tampoco coincido con esa visión romántica que convierte a los mineros asturianos en adalides de la libertad y la demócracia y mártires de una causa justa. La Revolución de Asturias y el golpe militar fueron cosas muy distintas pero tuvieron un elemento en común: supusieron un intento de subvertir por la fuerza un orden político establecido en las urnas. Tan legítimo era el gabinete de derechas del 34 como el de izquierdas del 36. Si miramos con simpatía la revuelta obrera ¿Qué argumento nos queda para condenar un golpe contra un Gobierno que emanaba de la misma Constitución?

Resumen de mi tesis. Tenemos que asumir que un golpe o una revolución violenta contra un Gobierno democrático son esencialmente malos. Los dé quien los dé. Aunque sean de los nuestros.

lunes, 12 de octubre de 2009

Obama, devuelve temporalmente el Nobel

Es muy difícil ser original pero antes, al menos, no enterabas de cuando no lo eras. Ahora con internet siempre encontrarás a alguien que haya dicho lo mismo que tú un rato antes. Y más cuando, por pura vagancia, a uno le da por escribir de cosas que pasaron hace casi tres días, o sea, siglos para los tiempos de la red. Están advertidos: es posible que lo que sigue lo hayan leído ya en otro sitio. Pero a mí también se me ocurrió.

Cuando me enteré de que le habían dado a Obama el premio Nobel de la Paz me quedé estupefacto. Pensé que era una magada -expresión canaria que podría traducirse más o menos por paletada- de la Academia noruega, que querría subirse así a la moda de la Obamanía, una moda seguramente justificada pero que como todo en exceso produce ya algo de vergüenza ajena. Pero no seamos prejuiciosos y analicemos los méritos del presidente de EE UU para ganar el premio. Un galardón que según el propio Nobel debía concederse "a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos y la celebración y promoción de procesos de paz".

La verdad es que el hombre parece buena persona, ha cambiado radicalmente el discurso antipático de Bush por otro mucho más ilusionante, cree o dice creer en un mundo multipolar etc. Pero de momento no se puede decir que haya hecho gran cosa de lo exigido por el instaurador de los premios. Pero lo peor no es lo que no ha hecho, sino lo que puede hacer. Es el comandante en jefe del mayor Ejército del mundo y tiene en su mano capacidad para hacer muchísimo daño, para declarar guerras, para invadir países y hasta para tirarle a alguno la bomba atómica. Es verdad que de momento el muchacho promete pero otros que le precedieron en el cargo también parecían corderos y pasaron a la historia como lobos terribles.

Un Nobel, pues preventivo -estoy muy orgulloso de esta expresión, que se me ha ocurrido a mí solito, aunque otros ya veo que a otros también. Un premio por si acaso. Más que por méritos adquiridos, en previsión, o con el deseo de que los adquiera. Algunos ven también en la concesión del premio una presión añadida al presidente de EE UU, para que se porte bien. Como si un tipo que tiene poder para tirar una bomba atómica se lo fuera a pensar para no defraudar a los que le dieron un diploma de buena conducta.

Cuando Obama se enteró de la noticia dijo que estaba contentísimo pero que había sido una gran sorpresa -y creo que es la primera vez que alguien dice eso sinceramente cuando le dan un premio. Y él mismo no se lo creía porque sabía que aún no había reunido méritos suficientes para obtenerlo. ¿Cómo conciliar estas emociones contradictorias? Para mí la solución habría sido rechazar el premio, pero sólo temporalmente. Si yo hubiera sido el presidente de EE UU habría dicho: "Señores de la Academia noruega, me halaga mucho este galardón pero no me lo merezco. Al menos aún no, porque mi presidencia acaba de comenzar. Así que hacemos una cosa, congelamos el Nobel hasta que salga de la Casa Blanca. Y si ustedes creen entonces que aún lo merezco, lo aceptaré de buen grado". Eso hubiera sido lo más justo y lo más sincero. Y además habría quedado como un señor.

Hay precedentes. Al menos dos personas rechazaron el Nobel. Le Duc Tho, el hombre que negoció el fin de la Guerra de Vietnam con Kissinger, también premiado. Y Jean Paul Sartre. El primero dijo que su país no había alcanzado aún la paz total y el segundo alegó que había gente con más mérito que él y que además recibirlo le podía encorsetar como escritor y que tendría someter a determinados formalismos por los que no estaba dispuesto a pasar. Obama, con otros argumentos, tendría que haberlos imitado -temporalmente- y entonces sí, su popularidad mundial habría batido récords.

PS: ¿No les divierte ver cómo muchos babean con la amabilidad, la capacidad para el diálogo y la empatía de Obama y luego en sus vidas o en sus trabajos son unos tiburones entregados a morder a sus semejantes con tal de salirse con la suya? ¿Son tan distintas la macropolítica y la micropolítica de nuestras vidas cotidianas, nuestro pequeño ámbito de influencia?. Otro día hablamos del tema.

lunes, 5 de octubre de 2009

Las películas que te mintieron sobre la vida

Los viernes por la noche como termino la semana demasiado cansado en vez de salir me pongo una buena peli de cine clásico y la veo en versión original para practicar de paso un poco el inglés. Tengo que decir que para el cine, como para tantas cosas, soy un antiguo: en las dos últimas semanas he visto Sabrina y El apartamento, ambas de Billy Wilder y no encuentro en lo que llevamos de siglo XXI ningún filme a su altura. Una tara mía, sin la menor duda.

Pero otro día hablamos de eso. Hoy quería hacer una reflexión sobre el cine que vi en mi infancia, o vimos, porque sólo había entonces una tele y al cine no iba tanto. Era, en su inmensa mayoría, un cine bondadoso, para todos los públicos, estadounidense en el que los buenos ganaban y los malos eran castigados. Como en las dos comedias que he citado antes, el chico acababa besando a la chica y uno terminaba la peli convencido de que el mundo podía ser un poco complicado pero todo terminaba arreglándose. Los libros que leíamos iban también en esa línea. Hasta que llegamos al instituto y nos hicieron tragarnos la amargura de obras como El árbol de la Ciencia, de Baroja, y otras igualmente deprimentes, salvo que la vida nos hubiera dado algún revés de consideración suponíamos que el destino normal de las historias era el happy end. Así de sencillo.

El alimentar nuestro espíritu con semejante pienso de optimismo no es necesariamente malo, siempre que uno sea consciente de la distancia que hay entre la ficción y la realidad. Pero aún así a algunos nos ha quedado un poso de justicia poética a la que la vida no siempre quiere ajustarse. Nos pueden pasar cosas como en las películas, pero uno no se puede cruzar de brazos esperándolo. En el caso de las películas de amor mi amigo David Fuentefría -un filósofo con un sentido del humor algo ácido pero siempre tierno- subraya otra distorsión añadida. La historia se termina cuando el chico besa a la chica -véase como magníficos ejemplos las citadas Sabrina y El Apartamento. Y no, se queja David, ahí no acaba la historia. Ahí empieza. Ahí tienen que empezar a convivir, a aguantarse las manías, a soportar los cambios de humor del otro... Pero claro, eso ya es Krammer contra Krammer y era para mayores de 14 años.

Supongo que a estas alturas de la treintena la mayoría de los de mi generación tenemos superado este mini trauma que supuso darnos cuenta de que la vida no siempre discurría por la misma senda que la ficción bondadosa. Pero nos queda un poso, cómo evitarlo, de ése romanticismo y en el fondo esperamos que alguna vez nos pase lo que a Bogart o a Jack Lemmon. Esa actitud por un lado es buena, por revela inconformismo, pero por otro, puede ser germen de grandes desilusiones. Lo mejor yo creo es no renunciar a vivir una historia como las del cine pero dándonos cuenta de que otras con comienzo mucho más prosaico pueden ser tremendamente felices. Y saber que la vida suele empezar donde terminan las películas.

Mi amigo Laslo, que no era tan filósofo como David pero igualmente ocurrente, hacía en la Universidad una reflexión similar sobre el cine porno. En aquellos tiempos éstas eran la única referencia sobre sexualidad para algunos compañeros del colegio mayor y Laslo opinaba que éstos iban a sentirse unos fracasados cuando empezaran a tener relaciones con chicas si esperaban que las cosas pasaran así. Tengo algunas dudas sobre si el cine romántico fue para nosotros una buena o una mala influencia, pero sobre este otro no albergo ninguna. Pensar que la vida es como una novela rosa puede ser una ingenuidad. Pero creer que lo que pasa en las películas porno se parece lo más mínimo a la vida real es una soberana estupidez.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Madrid oculto y curiosísimo

El otro día fui a la Casa del Libro a buscar una guía de Madrid para mi primo Álvaro, que ha tenido el buen gusto de venirse a vivir a esta ciudad con su esposa, Monika. Le compré una normal, que cuenta las cosas y enseña los sitios que todo recién llegado debe conocer: la Puerta del Sol, el Prado, la Plaza de España etc. Pero al lado de las guías convencionales encontré un librito que llamó mi atención y que sigue llamándola cada vez que lo abro. Se llama Madrid oculto -no lo confundan con algunas páginas web con el mismo nombre que hablan de psicofonías ovnis y chorradas por el estilo- y es una manual estupendo de historias, leyendas, y curiosidades de un Madrid tan cotidiano como desconocido, por lo que deduzco después de leer el libro.

Verán, cuando estaba abierta la piscina de La Latina, que desgraciadamente en paz descanse, yo me iba las mañanas de los sábados desde mi casa hasta allí dando un paseo delicioso. Recorría Chueca, un tramo de Gran Vía, Sol, la Plaza Mayor y llegaba a mi destino. Creía que conocía perfectamente el trayecto pero después de leer esta guía práctica me he dado cuenta de la cantidad de cosas que me estaba perdiendo. Yo nunca me había preguntado porque había esas casas tan espectaculares en la estrechísima calle de la Reina -falta de visión de los especuladores que pensaban que la Gran Vía pasaría por allí. Ni porque la Gran Vía, que es una calle artificial no es recta sino curva -había que respetar las cuatro o cinco iglesias que marcan sus cambios de rumbo. Ni tenía idea de que al principio de la calle Arenal se fraguó la leyenda del ratoncito Pérez, que hasta tiene un museo allí en una antigua pastelería. Ni sabía quién era Luis Candelas, el de la cueva que hay al pie de la plaza Mayor. E ignoraba que una rama de palma en un balcón de la calle Mayor marca el lugar desde el cual el anarquista Mateo Morral lanzó una bomba a Alfonso XIII el día de su boda, en el atentado más sangriento en la ciudad hasta el 11-M.

Ahora sé eso y muchísimas cosas más. Que hay una estatua a Lucifer en el Retiro. Por qué a los madrileños se les llama gatos. O quién era el perro Paco, que como mi querido Kukín en Busto de Bureba, era una personalidad en la ciudad con entrada en los mejores restaurantes y hasta en la plaza de Toros. De todos los placeres de la vida uno de los más gratificantes es aprender cosas nuevas. Porque saber más cosas le hace a uno más feliz, por mucho que algunos byronianos -qué pereza- atribuyan su desgracia a motivos profundos e intelectuales. Y cuando esas novedades se refieren a lugares, a personas, a objetos conocidos a ese placer se añade la sorpresa de encontrar detalles ocultos en lo cotidiano. Tampoco es que antes yo fuera ciego y me haya vuelto un experto -no exageremos, sólo es un libro de 350 página- pero puedo afirmar que ese mismo paseo sería ahora mucho más interesante. Como lo es el del campesino que va por el campo y reconoce los diferentes tipos de árboles, encuentra las moras y las setas y pronostica que lloverá sin duda viendo las formas de las nubes.

El libro está escrito por un padre y su hijo, Peter -neoyorquino- y Marco -madrileño- Besas y, por las explicaciones que dan de casi todo- parece dirigido más bien a un público extranjero. Lo agradezco porque uno de los riesgos de elaborar una guía así sería dar demasiadas cosas por supuestas. Es muy riguroso. Aunque cuenta múltiples leyendas los autores han tenido la honestidad de separar los hechos históricos de lo probablemente inventado, aunque ello suponga rebajar la gracia de las anécdotas. Se publicó en 2007 y está actualizado a octubre de 2008 pero preveo una nueva edición para contar los últimos cambios de la semana pasada en la Puerta del Sol y para cubrir la demanda de los ejemplares que pienso regalar a mis amigos. Hacer publicidad de esta estupenda obra sólo tiene un problema. A mí me encanta hacer de guía turístico. Y si se difunde demasiado este libro no voy a poder presumir tanto de conocer casi en exclusiva anécdotas, leyendas e historias tan jugosas.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Dejen en paz a las hijas de Zapatero

El post de hoy no lleva foto, aunque habla de una, de la más vista, comentada, criticada, enviada y manipulada de las últimas 24 horas. La de los Obama con Zapatero, su mujer y sus hijas. El padre de las niñas ha pedido que no se difunda la imagen y como él es el responsable de algo tan importante como la imagen de sus hijas, mi modesta -e inútil me temo- contribución es hacerle caso. Otra cosa es que crea que el presidente del Gobierno se haya equivocado, que lo creo. Pero las dos chicas no tienen por qué pagar el pato de ese error y lo que es peor, porque se ha hecho con más premeditación, de la mala leche de mucha gente.

Zapatero ha sido torpe porque si no quería que se difundiera la imagen de sus hijas menores no tenía que haber permitido que posaran como lo hicieron en un lugar público que en ese momento era el epicentro del mundo. No es una estampa robada por un paparazzi, es prácticamente una foto de estudio. Quizá no sabía que las fotos que se tomaban en el acto se colgarían en una página web oficial, pero podía haberlo supuesto.

Sé que soy un poco antiguo pero creo que también se ha equivocado en permitir que fueran vestidas como fueron al acto. Cada sitio tiene su etiqueta y las niñas no iban a un concierto de un grupo gótico a Malasaña. Si las chicas se quieren vestir así me parece muy bien pero un padre responsable y un tipo que va representando a un país tiene que saber dónde está en cada momento. Esto último, sin embargo, tampoco me parece un delito y probablemente sea un prejuicio mío. Como digo, soy un poco antiguo.

Ya está dicho, el padre estuvo torpe. Pero lo que es absolutamente infame son las decenas de montajes elaborados en las últimas horas ridiculizando a los pobres chicas y que adornan a esta hora blogs y redes sociales. Creo que en esa etapa crítica que es la adolescencia tiene que hacer mucho daño el ver como te has convertido de pronto en motivo mofa general. Un escarnio multiplicado además por esa herramienta imparable y omnipresente, para bien y para mal, que es internet, un mundo virtual en el que prácticamente viven muchos niños de su edad. Lo dicho. Dejen en paz a las hijas de Zapatero.

martes, 22 de septiembre de 2009

Los cien grandes éxitos de Youtube

No sé quién carajo se ha molestado en montar este vídeo de cuatro minutos con imágenes de hasta cien grabaciones históricas de Youtube pero lo ha bordado. ¿Cuántas reconocen? Algunas, como la del penalty que se acaba estrellando en la cara del portero, se han visto en este blog. Otras, como la del niño que sale anestesiado del dentista y se pone a decir memeces son un clásico de este nuevo cine del siglo XXI. Tampoco hemos cambiado tanto: como en las películas mudas de hace un siglo, un elemento fundamental del humor sigue siendo el leñazo que se da el protagonista. En todas sus formas: resbalón, puñetazo, caída libre, choque frontal...

Warhol dijo, seguramente como una boutade, lo de que cada persona tendría en el futuro 15 minutos de fama. Y no sabía lo cerca que andaría de la realidad. Ríanse -aunque algunas imágenes son de llorar- un rato con cien tipos que tuvieron no sé si 15 minutos pero sí al menos 15 segundos de celebridad.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Larsson, en el armario

En Puesfijate no podíamos ser ajenos al fenómeno Larsson, la trilogía póstuma del escritor sueco que se ha leído todo el mundo este verano. Yo me he leído sólo el primer volumen y tengo que decir que hacía tiempo que no me enganchaba tanto un libro. Viniendo en autobús de Burgos una noche me pusieron en el asiento de detrás del conductor, el único de todo el vehículo que no tiene lamparita propia para no deslumbrar al chófer. Así que me pasé el viaje leyendo las aventuras de Lisbeth Salander a la luz del teléfono móvil, que llegó naturalmente sin batería a Madrid.

Algunos se preguntarán ¿es para tanto?. Y yo contesto: sí. Larsson no es el mejor escritor de la historia, ni mucho menos pero desde luego entretiene muchísimo, y por eso pasará la moda pero pervivirá su literatura, como dice Mario Vargas Llosa en un artículo muy comentado y enviado por los lectores de ELPAÍS.com. La misma opinión tiene un amigo mío, que no podía esperar a que saliera la tercera parte en español, se lo compró en francés. Si la gente devora 2.000 páginas en un verano es porque les gusta lo que leen, no creo que sea una adoración impostada. Para eso queda uno mejor fingiendo que le gusta leer a Proust o a Joyce, autores muchísimo más sutiles, difíciles y por tanto minoritarios.

Muchos de los devotos de este escritor sueco se habrán quedado desconsolados al terminar la trilogía. Ya está, eso era todo. Ya nunca leeré nada más de Larsson, habrán pensado. A esperar la siguiente novedad editorial. ¿Novedad? Quizá harían bien en rebuscar en sus estanterías y darle una oportunidad a alguna novela clásica que lleve allí acumulando polvo varias décadas y que son tan novedosas, para quien no las haya leído, como el último best seller. ¿Quién se lo ha leído todo? Cada año salen a las librerías cuatro o cinco libros -o quizá uno o ninguno- que nos deslumbran. Pero seguro que tenemos en casa una decena de ellos o más que nos encantarían a los que no prestamos atención sencillamente porque no son actuales.

Yo este verano además de leer a Larsson he sacado del armario Grandes Esperanzas, de Charles Dickens. Pedazo de novela. Me pasó igual con Secuestrado de Robert Louis Stevenson o Zalacaín el aventurero, de Baroja. Háganme caso, seguro que tienen una decena de tesoros inéditos en casa. Y ya que hablamos de Dickens: yo pensaba que era un escritor triste. Pero no. Cuenta cosas tristísimas pero uno cierra sus libros más alegre de lo que los empezó. Porque el bien siempre vence. Y porque tiene un extraordinario sentido del humor, el arma que puede vencer cualquier desánimo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Paquito el chocolatero: manual de instrucciones

En el post anterior veíamos a las familias Marín y Kotlowscy bailando Paquito el chocolatero en Cracovia y hoy vamos a hablar de esta popularísima composición musical. Lo de popularísima lo sabe cualquier habitual de las verbenas y las cifras lo avalan. Según la denostada Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) Paquito fue la composición más interpretada en España en los últimos tres años, y por tanto, supongo que la que más derechos de autor generaría. Por cierto, que el chollo se acaba pronto. Según leo en la web de la SGAE los derechos de las composiciones musicales caduca 70 años después de la muerte de su autor y el compositor, Gustavo Pascual Falcó, falleció en 1946. Así que en 2016 sus herederos dejarán de cobrar cada vez que se interprete.

Paquito el chocolatero fue creado en 1937 como un homenaje de Pascual a su cuñado Francisco Pérez Molina, que tenía una chocolatería. Fue estrenada en las fiestas de Moros y Cristianos de Cocentania, la localidad alicantina donde vivía. Según muchas páginas -entre ellas la wikipedia y la página web oficial de la melodía, que la tiene- Paquito es un pasodoble. Pero yo sé que en algunas plazas de toros pitan a la banda cuando la interpreta porque en realidad es un pasacalles de Moros y Cristianos. En los comentarios de este blog he encontrado alguna información sobre esta polémica. Yo estoy con los puristas. No es un pasodoble ni de coña.

Y ahora llegamos al punto esencial de este post. ¿Cómo se baila Paquito el chocolatero? Un servidor, que lo ha bailado en decenas de fiestas de pueblo, en la boda de mi primo en Cracovia y hasta en la embajada de España en Panamá, ha identificado cinco estilos básicos que paso a detallar. Ruego a mis lectores que, si conocen alguna otra versión, lo cuenten en los comentarios.

1) Haciendo hileras. Es el método más tradicional. Los bailantes agarran por la cintura o por los hombres a sus vecinos de la izquierda y de la derecha y de cara a la orquesta van avanzando o retrocediendo según las indicaciones del cantante. Cuando llega la parte ésa del "hey, hey", se dobla el tronco alternativamente hacia delante y hacia detrás como los animalillos estos que salen en los documentales de la Segunda cadena. Ya me entienden.

2) En filas. En vez de engancharse a los vecinos de los lados se agarra uno a los hombros o cintura de un sólo compañero, en plan conga. La fila puede moverse libremente por el escenario o por la plaza o simplemente para adelante y para detrás, siguiendo las indicaciones de la orquesta. A menudo el cantante pide que se vaya variando la orientación de las filas: "Ahora mirando al Ayuntamiento... y ahora mirando a la iglesia...". Cuando suena el "hey, hey", que para esta versión en ocasiones se cambia por un soez "toma, toma" se hace el movimiento descrito en el punto anterior.

3) En filas con riesgo. En vez de enganchar la cintura u hombros del compañero, uno pasa el brazo por debajo de las piernas y se agarra de la mano con el compañero de atrás. Cuando suena el "hey, hey" se hace lo de siempre pero hay que tener cuidado porque el riesgo de lastimarse los bajos es notable.

4) Estilo mezquita. Es una variante de las tres primeras. Cuando suenan los "hey" los bailantes se arrodillan, se sientan sobre sus pantorrillas y estiran los brazos, levantando y bajando alternativamente el tronco como si emularan el rezo de los musulmanes. No olvidemos que Paquito es un pasacalles compuesto para la fiesta de moros y cristianos.

5) Estilo trainera. Mi favorito. Lo aprendí en Bilbao en los primeros años 90 pero veo que se ha extendido por todo el norte de España. En otras zonas, por ejemplo en Canarias, ni se conoce. Es una variante de los tres primeros estilos mencionados. Cuando suenan los "hey" los danzantes se sientan en el suelo, muy pegados uno detrás del otro (véase la foto, correspondiente a la boda de mi amigo Chechu) y simulan estar remando en una barca.

Paquito el chocolatero es muy bueno para la salud, individual y social. Primero para la mente, porque es una canción divertida, que alegra el corazón de quienes la bailan. La coreografía es participativa, contribuye a la socialización, al ligue y a la fraternidad entre las personas y los pueblos. También es simple: incluso aquellos que nunca bailan con la excusa de su torpeza pueden incorporarse sin hacer el ridículo. Además es sanísima para el cuerpo. Es un ejercicio exigente que implica y destentumece casi todos los músculos. Los cuatro primeros estilos mencionados arriba son muy buenos para fortalecer los dorsales y están indicados, si se practican con cuidado, para quienes padezcan de la columna. El quinto estilo, el de la trainera, es excelente para reducir la tripa y desarrollar los abdominales. Bueno ¿Qué? ¿Se animan?

PS: Colometa me ha dejado un comentario y un vídeo para mostrarme para que tipo de baile fue compuesto en realidad Paquito. Naturalmente , ya advertimos en el post que este tema es un pasacalles de moros y cristianos y ése es su verdadero sentido. Las modalidades arriba mencionadas son en cambio las más habituales cuando la música se interpreta fuera de dichas fiestas, en bodas, verbenas y saraos varios.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Lo mejor del verano

Bueno, se acabaron las vacaciones. Tampoco ha sido tan duro volver, ya les digo que estoy muy bien descansando y bastante bien en el trabajo. Tal y como anunciaba en un post anterior mis destinos han sido los dos habituales -Tenerife y Busto de Bureba- y Cracovia, a donde se desplazó la familia Marín prácticamente en pleno para asistir a la boda de nuestro primo Álvaro con Monika.

¿Lo mejor del verano? La boda, claro. Los Marín somos más bien sosos pero en estas fiestas nos desmadramos, arropados esta vez por los Soares, los amigos de Busto, de Castro, de Bilbao y de Polonia. Una ceremonia preciosa y una celebración extraordinaria, híbrida con lo mejor de las costumbres eslavas y españolas. Entre las nuestras exportamos de La Bureba una que no puede faltar en ninguna verbena de pueblo, ni en las bodas de mi familia: Paquito el chocolatero. Bailado en todas sus formas: conga, filas y, como no, en traineras.

Las vacaciones darán para algunos posts más en este blog. Pero vamos poco a poco que llevo casi un mes sin escribir y por hoy ya ha sido bastante. Asómbrense con nuestra magnífica coreografía.

martes, 11 de agosto de 2009

El mejor día de las vacaciones

Ahora sí que tengo ganas de irme de vacaciones. Mañana -ya hoy- es mi último día de trabajo. Me despido del curro para un mes, aunque quizá adelante la vuelta, y de los lectores de Puesfijate al menos hasta septiembre. Hasta hace unos días no tenía unas ganas locas de marcharme, ya lo contaba en el post anterior, pero ahora sí. Compré cinco manzanas el miércoles, una por cada día que me quedaba en el periódico, y me he merendado una cada tarde. Ya sólo me queda una, la de mañana, que me sabrá a triunfo, a felicidad, a satisfacción y a todas las palabras positivas que se les ocurran.

¿Cuál es el mejor día de las vacaciones o de un viaje o de cualquier experiencia positiva? Para los que ya vivimos aterrados por el paso del tiempo, el mejor siempre es el primero. En este caso, porque aún no hemos gastado ni un día libre y tenemos por delante todo el tiempo de descanso. Desde ese punto de vista, incluso aunque algo maravilloso fuera a pasarme a lo largo del mes, el primero de los días sería siempre el mejor porque en esa primera jornada aún tendría por delante ése acontecimiento estupendo, además de muchos otros momentos felices. No se si me he explicado. La sabiduría popular ha expresado algo parecido a este rollo, aunque no exactamente lo mismo, en seis palabras: la felicidad está en las vísperas.

Sin embargo, llevada esta reflexión al extremo resulta que el mejor día de mi veraneo ya ha pasado. Es verdad que no he consumido aún ni un minuto de mis vacaciones. Pero sí han pasado ya algunos días desde que la inminencia de las mismas me mantiene muy contento. Si tenemos en cuenta que esa alegría es sin duda parte de la felicidad que acompaña a este periodo de descanso resulta que ya he gastado algo de lo bueno que éste tiene. ¿Cuál sería, según esta reflexión, el mejor momento de las vacaciones y por extensión de cualquier acontecimiento favorable en la vida? Aquel en el que empieza a anidar en nosotros la ilusión de vivirlo. Hace un mes las veía lejanas, hace 15 días me daban casi igual, quizá fue hace una semana cuando empecé a alegrarme con su inminencia. Ése fue el mejor momento: con toda la felicidad por delante.

Hoy hice esta reflexión en el trabajo. Algunos compañeros me daban la razón, porque me quieren -que me quieren- y porque soy el jefe de la mayoría. Pero todos coincidieron en lo mismo: que necesito unas vacaciones. Hasta septiembre, que ustedes lo pasen bien.

Foto: m_b (Flicker)

PS: Aprovecho para dar la bienvenida al mundo a dos seres que estarán con nosotros en unos días, quizá horas: Celia y Pablo. A la vuelta, cuando los hayamos conocido un poco, hablaremos de ellos.

jueves, 6 de agosto de 2009

El maldito trabajo

El martes es mi último día de trabajo así que como mucho publicaré uno o dos posts más además de éste: Puesfijate también se irá un mes entero de vacaciones. A la vuelta les contaré cómo me ha ido en estos 30 días que de momento tienen tres destinos confirmados: Busto de Bureba, en Burgos; Cracovia; y Canarias, seguramente, y como siempre, Tenerife y La Gomera. Traeré material gráfico, muchas anécdotas, y, espero las neuronas recargadas para intentar contar algo entretenido o ingenioso.

Estos días en el trabajo se habla mucho de vacaciones, lógicamente. Hay dos castas diferenciadas por el ánimo, el tema de conversación y el color de la piel. Los que se han ido, a los que se distingue porque están más morenos, deberían ser los más relajados pero vienen deprimidos de haber terminado ya sus días de descanso y aburren al resto con la exposición de sus fotos, un coñazo sólo comparable al del amigo que con toda su buena intención te enseña los 200 retratos que ha tomado a su hijo recién nacido. Los que no se han ido, que pertenecen a la casta del hombre blanco, están excitados y cuentan los días, horas y minutos que les faltan para largarse.

Entiendo que los que regresan estén un poco tristes, no es lo mismo estar tumbado en la playa que en el trabajo aguantando al jefe. Pero siempre me han parecido exageradísimo el desánimo que trae la gente de vuelta de vacaciones. Se escucha cada cosa... "no tenía que haber vuelto", "esto es una depresión", "que horror regresar"... que uno acaba preguntándose si de verdad son tan abominables nuestros trabajos. Se ve que la frase de Dios a Adán cuando lo echó del Paraíso -"ganarás el pan con el sudor de tu frente"- no era, como podría pensar un optimista, un estímulo al esfuerzo y la realización personal, sino lo que siempre nos temimos: una maldición bíblica.

Verán. Yo trabajo en un gran periódico. La gente está muy bien pagada, salvo en mi sección, pero ése es otro tema. Mi profesión es absolutamente vocacional, nadie está en ella porque su padre le obligara o para ganar mucho dinero. Hay muchísima gente que mataría por ocupar nuestras sillas y de hecho todos nos sentimos los reyes del mambo cuando nos sentamos en ellas por primera vez. Pero la vuelta de vacaciones sigue siendo un drama. Y eso quiere decir que algo falla. ¿Nos hemos vuelto unos señoritos? ¿Hemos perdido la ilusión? ¿Tanto nos machacan? Ya sé que el hecho de que haya gente más jodida no alivia a nadie. Pero a veces viendo las escenas del final del verano me pregunto ¿Cómo será la vuelta al trabajo de los policías iraquíes? ¿Con qué ánimo volverán de vacaciones -si las tienen- los mineros chinos? ¿Qué se dirán tras irse unos días de descanso los tipos que gestionan los basureros de Bombay? Me gustaría verles por un agujerito pero no sé por qué me da que no se quejarán tanto.

Foto: Lolita (Flickr)

martes, 4 de agosto de 2009

Un italiano entrañable e inesperado

Los habituales de Puesfijate ya saben que aquí tenemos un despiste terrible en materia de cine moderno, entendiendo por aquel el filmado después de 1972, el año en el que El Padrino ganó el Óscar a la mejor película y vino al mundo el firmante de estas líneas. No se sorprenderán por tanto si mostramos nuestra agradabilísima sorpresa por una cinta rodada hace nueve años y que seguramente todos ustedes ya conocen. Advertidos están, culturetas abstenerse.

Esta noche andaba yo cansado y algo tristón, vaya usted a saber por qué, y elegí ver la película de mi surtida videoteca más inadecuada a priori para mi estado de ánimo. Italiano para principiantes, nada menos que una comedia romántica danesa del año 2000 rodada bajo los principios del manifiesto dogma ése de cuyas virtudes intentó convencerme hace años mi queridísima Ana con escasísimo éxito. Un probable ladrillo destinado a trasladarme de la melancolía a la depresión o a durar 20 minutos en mi pantalla.

Estuve a punto de apagarla a los 10 minutos. Aquello pintaba fatal, con unos personajes horribles, encabezados por un pastor luterano recién enviudado, envueltos en unas vidas de mierda. Pero aguanté. Tal vez cautivado por la belleza de Giulia (Sara Indrio Jensen, pensé que ya no quedaban mujeres así en el cine, ¡quién hubiera sido el soso y medio impotente Jorgen Mortensen!). Tal vez porque aquello empezaba a pillar ritmo. Y después de echar cuatro o cinco carcajadas, que no todas las películas consiguen arrancarte, la acabé con la batería de energía vuelta a cargar y reconciliado con el mundo. Ya sé que la vida no es siempre tan ideal pero a veces a uno le gusta soñar, en un libro, en el cine, que sí podría serlo. Y como colofón un detalle mágico: el tema recurrente que suena sobre todo al final, Cuando m'en vo de La Boheme de Puccini, uno de mis momentos musicales favoritos, perdón por la pedantería, y que este fin de semana casualmente había escuchado una decena de veces.

Moraleja, la de casi siempre. Los prejuicios son muy malos. Hasta una peli danesa de cine dogma con pastores luteranos, perdedores de la vida y pinta sospechosa pueden devolverle a uno la alegría.

miércoles, 29 de julio de 2009

Parentescos reales

Hoy vamos a tratar el típico tema que a mí me gusta mucho y creo que no le interesa a nadie más. Aunque luego me llevo sorpresas, mis lectores dirán. Resulta que escribiendo la necrológica del ya viejo conocido para ustedes Harry Patch encontré unas declaraciones suyas en las que decía que la I Guerra Mundial había sido en realidad "una disputa de familia". Me dispuse entonces a afirmar, en un alarde de erudición, que el rey Jorge V de Inglaterra, el kaiser Guillermo II de Alemania y el zar Nicolás II de Rusia eran primos hermanos. Según creía, los tres nietos de la reina Victoria. Pero como buen periodista que intento ser decidí no fiarme de mi memoria y consulté varias fuentes -y no la misma 80 veces repetida en internet- para comprobarlo. Me llevé algunas sorpresas.

Para empezar, descubrí que el kaiser y Jorge V sí eran nietos de la reina Victoria, pero no el zar Nicolás II. La que era nieta, y por tanto prima de los soberanos inglés y alemán, era la zarina, su mujer. Eso explicaría que el zarevich -heredero- Alexis padeciera hemofilia, una enfermedad que trajo Victoria de Inglaterra a las casas reales europeas y que sufren los hombres pero transmiten las mujeres. Si el descendiente de la reina británica hubiera sido el zar, y no su mujer, el heredero del trono de todas las Rusias no la hubiera padecido, porque nunca podía haberla adquirido de su padre. ¿Se han perdido ya? Pues agárrense porque todavía queda bastante lío.

Pronto me quedó claro que el zar y el kaiser eran sólo primos políticos -si no lo entienden, repasen el párrafo anterior. Y aparentemente también debían serlo el rey inglés y el ruso. Sin embargo, continuando mi investigación descubrí que sin ninguna duda Jorge V y el zar eran también primos hermanos. Es legendario el parecido entre ambos -véase la foto, el rey inglés a la izquierda, el ruso a la derecha. De hecho, alguna vez que se encontraban se cambiaban las ropas para hacerse pasar el uno por el otro. Y sí, lo eran, pero otro lado. Ambos eran hijos de dos princesas danesas, hijas del rey Cristian IX de Dinamarca: Dagmar, que se casó con Alejandro III, padre de Nicolás II y Alexandra, que se casó con Eduardo VII, padre de Jorge V.

Dagmar, por cierto, estaba llamada a ser zarina sí o sí, porque primero fue novia de un zarevich, Nicolás, que murió de tuberculosis antes de acceder al trono y luego de su hermano menor -el citado Alejandro III- que sí llegó a reinar. Resumiendo para los que se hayan perdido: Jorge V de Inglaterra era primo de la zarina y ambos nietos de la reina Victoria. Y también primo de su marido el zar y ambos nietos del rey de Dinamarca. El kaiser y el zar eran sólo primos políticos y probablemente parientes lejanos, salvo que me prueben lo contrario, cosa que no me extrañaría.

Pero mi curiosidad no acabó ahí y quise desenredar un poco más este lío interesantísimo. Ojo al siguiente embrollo. El zar Nicolás II, además de ser obviamente marido de la zarina, también era también hijo de un primo hermano de su mujer, o sea, que acabó siendo primo segundo de sus propios hijos. Y como la hermana de su esposa se casó con el hermano de su padre -que como podemos deducir eran primos hermanos entre ellos- el rey de todas las Rusias acabó siendo sobrino de su cuñada y concuñado de su tío. Se lo juro, hagan un croquis si no me creen. Y si les apetece, sigan investigando: encontrarán seguro muchos más parentescos rocambolescos.

Dicho todo esto ¿Con semejante endogamia no les sorprende que en Europa sigan existiendo hoy diez monarquías hereditarias, entre ellas algunas en los países más avanzados del mundo? ¿Alguien se ha vuelto por ahí súbito partidario de la princesa Letizia?

lunes, 27 de julio de 2009

Una despedida y una precisión

El sábado pasado murió a los 111 años Harry Patch, último combatiente de las trincheras de la I Guerra Mundial. Aquí hemos hablado de él varias veces, la última el pasado 17 de junio, día de su cumpleaños. Patch tuvo una vida estupenda, aunque vio morir a sus dos hijos, a sus mujeres y a su última pareja, una compañera de residencia cuando ya tenía más de 100 años. Ése es el gran problema de vivir tantos años, aunque uno goce de relativa buena salud y humor hasta el final. Patch además murió en paz, según me ha contado su amigo Nick Fear. Pero no quiero repetirme, así que les remito al obituario que escribí en la web del periódico donde trabajo.

Y ahora, la precisión. Me cuenta mi amigo y gran artista Jesús Olmo que sí hay algunas novelas de Ciencia Ficción que previeron internet, en contra de lo que yo comentaba en el post anterior. Quizá la más profética Ora:cle, de Kevin O'Donell. Según me cuenta Olmo, "O'Donnell imaginó una sociedad futura en la que la inmensa mayoría de la gente no sale a la calle, trabajan y viven en sus casas, interconectados por una inmensa red de computadoras y bases de datos llamada InfoRed o ora:cle. No salen de casa porque la Tierra ha sido invadida por una raza alienígena hostil -una especie de humanoides-murciélagos- llamada Dacs, que atacan a cualquier humano que vean por la calle". Gracias, Jesús, me dispongo a leerla.

viernes, 24 de julio de 2009

Toma colonia espacial

Esta semana que hemos celebrado la llegada del hombre a la Luna he reflexionado sobre lo difícil que es vaticinar el futuro. Recuerdo que cuando era pequeño, o sea aún más pequeño, parecía que ante la humanidad se abrían dos grandes autopistas de progreso: los viajes espaciales y la informática. La primera vía parecía más despejada que la segunda. Casi todas las películas proféticas presentaban a los hombres embarcados en naves siderales, las menos nos mostraban viviendo en el mismo sitio pero volcados en una computadora. Algunas combinaban ambas actividades.

Al calor del éxito de las misiones Apolo recuerdo haber leído en un libro muy serio que era más que probable que cuando fuera mayor viviera con mi familia en una colonia espacial. Un cero al profeta. Alguien ha comentado en el último post que no hemos vuelto a la Luna porque allí no había nada. Y probablemente es verdad. Hemos montado una Estación Espacial Internacional para hacer experimentos allá arriba y de vez en cuando sube algún turista al que le sobra un par de millones de euros pero no hay nada de viajes interplanetarios y no digamos ya intergalácticos... No, la historia no ha ido por ahí.

Con los ordenadores no estábamos tan despistados aunque en 1984 vinieron a dar un curso de informática al colegio, preguntaron si alguien sabía lo que era y levantaron la mano tres personas. Yo me apunté porque mi padre me dijo que eso era el futuro. Tenía razón, aunque nunca le encontré utilidad práctica a aquel cursillo de Basic. ¿Se acuerdan? "10 Input: ¿Quiere comprar dólares o francos suizos?" Un futuro que hoy nos suena rancio pero entrañable...

Pero lo que resulta más sorprendente no es tanto lo que hemos pronosticado y no ha sido, sino lo que nadie profetizó, ha sucedido y ha cambiado nuestras vidas. Me refiero a Internet. No conozco ningún libro o película de ciencia ficción que lo previera- les ruego me corrijan si alguien las conoce. Nos hablaron de naves rapidísimas, teletransportación de materia y hasta resurrección de muertos. También de sistemas de comunicación muy avanzados, pero siempre entre una elite de sujetos, los comandantes de una flota espacial, por ejemplo, pero nunca como una red en la que todo el mundo pudiera participar, para aportar y para consultar. No vivo en una colonia espacial pero puedo intercambiar información gratis con cualquier sujeto en tiempo real y en cualquier punto de la Tierra. Lo prefiero.

Internet parece ahora algo un invento muy lógico, como el arado o el tenedor, pero a nadie se le ocurrió hasta que a alguien se le ocurrió. ¿Cuál será el siguiente gran gran avance que tenemos delante de los ojos y nadie es capaz de prever? Averígüelo y fórrese siendo el primero en montar una empresa que le saque rendimiento económico.

Foto: Penguinbush