miércoles, 29 de julio de 2009

Parentescos reales

Hoy vamos a tratar el típico tema que a mí me gusta mucho y creo que no le interesa a nadie más. Aunque luego me llevo sorpresas, mis lectores dirán. Resulta que escribiendo la necrológica del ya viejo conocido para ustedes Harry Patch encontré unas declaraciones suyas en las que decía que la I Guerra Mundial había sido en realidad "una disputa de familia". Me dispuse entonces a afirmar, en un alarde de erudición, que el rey Jorge V de Inglaterra, el kaiser Guillermo II de Alemania y el zar Nicolás II de Rusia eran primos hermanos. Según creía, los tres nietos de la reina Victoria. Pero como buen periodista que intento ser decidí no fiarme de mi memoria y consulté varias fuentes -y no la misma 80 veces repetida en internet- para comprobarlo. Me llevé algunas sorpresas.

Para empezar, descubrí que el kaiser y Jorge V sí eran nietos de la reina Victoria, pero no el zar Nicolás II. La que era nieta, y por tanto prima de los soberanos inglés y alemán, era la zarina, su mujer. Eso explicaría que el zarevich -heredero- Alexis padeciera hemofilia, una enfermedad que trajo Victoria de Inglaterra a las casas reales europeas y que sufren los hombres pero transmiten las mujeres. Si el descendiente de la reina británica hubiera sido el zar, y no su mujer, el heredero del trono de todas las Rusias no la hubiera padecido, porque nunca podía haberla adquirido de su padre. ¿Se han perdido ya? Pues agárrense porque todavía queda bastante lío.

Pronto me quedó claro que el zar y el kaiser eran sólo primos políticos -si no lo entienden, repasen el párrafo anterior. Y aparentemente también debían serlo el rey inglés y el ruso. Sin embargo, continuando mi investigación descubrí que sin ninguna duda Jorge V y el zar eran también primos hermanos. Es legendario el parecido entre ambos -véase la foto, el rey inglés a la izquierda, el ruso a la derecha. De hecho, alguna vez que se encontraban se cambiaban las ropas para hacerse pasar el uno por el otro. Y sí, lo eran, pero otro lado. Ambos eran hijos de dos princesas danesas, hijas del rey Cristian IX de Dinamarca: Dagmar, que se casó con Alejandro III, padre de Nicolás II y Alexandra, que se casó con Eduardo VII, padre de Jorge V.

Dagmar, por cierto, estaba llamada a ser zarina sí o sí, porque primero fue novia de un zarevich, Nicolás, que murió de tuberculosis antes de acceder al trono y luego de su hermano menor -el citado Alejandro III- que sí llegó a reinar. Resumiendo para los que se hayan perdido: Jorge V de Inglaterra era primo de la zarina y ambos nietos de la reina Victoria. Y también primo de su marido el zar y ambos nietos del rey de Dinamarca. El kaiser y el zar eran sólo primos políticos y probablemente parientes lejanos, salvo que me prueben lo contrario, cosa que no me extrañaría.

Pero mi curiosidad no acabó ahí y quise desenredar un poco más este lío interesantísimo. Ojo al siguiente embrollo. El zar Nicolás II, además de ser obviamente marido de la zarina, también era también hijo de un primo hermano de su mujer, o sea, que acabó siendo primo segundo de sus propios hijos. Y como la hermana de su esposa se casó con el hermano de su padre -que como podemos deducir eran primos hermanos entre ellos- el rey de todas las Rusias acabó siendo sobrino de su cuñada y concuñado de su tío. Se lo juro, hagan un croquis si no me creen. Y si les apetece, sigan investigando: encontrarán seguro muchos más parentescos rocambolescos.

Dicho todo esto ¿Con semejante endogamia no les sorprende que en Europa sigan existiendo hoy diez monarquías hereditarias, entre ellas algunas en los países más avanzados del mundo? ¿Alguien se ha vuelto por ahí súbito partidario de la princesa Letizia?

lunes, 27 de julio de 2009

Una despedida y una precisión

El sábado pasado murió a los 111 años Harry Patch, último combatiente de las trincheras de la I Guerra Mundial. Aquí hemos hablado de él varias veces, la última el pasado 17 de junio, día de su cumpleaños. Patch tuvo una vida estupenda, aunque vio morir a sus dos hijos, a sus mujeres y a su última pareja, una compañera de residencia cuando ya tenía más de 100 años. Ése es el gran problema de vivir tantos años, aunque uno goce de relativa buena salud y humor hasta el final. Patch además murió en paz, según me ha contado su amigo Nick Fear. Pero no quiero repetirme, así que les remito al obituario que escribí en la web del periódico donde trabajo.

Y ahora, la precisión. Me cuenta mi amigo y gran artista Jesús Olmo que sí hay algunas novelas de Ciencia Ficción que previeron internet, en contra de lo que yo comentaba en el post anterior. Quizá la más profética Ora:cle, de Kevin O'Donell. Según me cuenta Olmo, "O'Donnell imaginó una sociedad futura en la que la inmensa mayoría de la gente no sale a la calle, trabajan y viven en sus casas, interconectados por una inmensa red de computadoras y bases de datos llamada InfoRed o ora:cle. No salen de casa porque la Tierra ha sido invadida por una raza alienígena hostil -una especie de humanoides-murciélagos- llamada Dacs, que atacan a cualquier humano que vean por la calle". Gracias, Jesús, me dispongo a leerla.

viernes, 24 de julio de 2009

Toma colonia espacial

Esta semana que hemos celebrado la llegada del hombre a la Luna he reflexionado sobre lo difícil que es vaticinar el futuro. Recuerdo que cuando era pequeño, o sea aún más pequeño, parecía que ante la humanidad se abrían dos grandes autopistas de progreso: los viajes espaciales y la informática. La primera vía parecía más despejada que la segunda. Casi todas las películas proféticas presentaban a los hombres embarcados en naves siderales, las menos nos mostraban viviendo en el mismo sitio pero volcados en una computadora. Algunas combinaban ambas actividades.

Al calor del éxito de las misiones Apolo recuerdo haber leído en un libro muy serio que era más que probable que cuando fuera mayor viviera con mi familia en una colonia espacial. Un cero al profeta. Alguien ha comentado en el último post que no hemos vuelto a la Luna porque allí no había nada. Y probablemente es verdad. Hemos montado una Estación Espacial Internacional para hacer experimentos allá arriba y de vez en cuando sube algún turista al que le sobra un par de millones de euros pero no hay nada de viajes interplanetarios y no digamos ya intergalácticos... No, la historia no ha ido por ahí.

Con los ordenadores no estábamos tan despistados aunque en 1984 vinieron a dar un curso de informática al colegio, preguntaron si alguien sabía lo que era y levantaron la mano tres personas. Yo me apunté porque mi padre me dijo que eso era el futuro. Tenía razón, aunque nunca le encontré utilidad práctica a aquel cursillo de Basic. ¿Se acuerdan? "10 Input: ¿Quiere comprar dólares o francos suizos?" Un futuro que hoy nos suena rancio pero entrañable...

Pero lo que resulta más sorprendente no es tanto lo que hemos pronosticado y no ha sido, sino lo que nadie profetizó, ha sucedido y ha cambiado nuestras vidas. Me refiero a Internet. No conozco ningún libro o película de ciencia ficción que lo previera- les ruego me corrijan si alguien las conoce. Nos hablaron de naves rapidísimas, teletransportación de materia y hasta resurrección de muertos. También de sistemas de comunicación muy avanzados, pero siempre entre una elite de sujetos, los comandantes de una flota espacial, por ejemplo, pero nunca como una red en la que todo el mundo pudiera participar, para aportar y para consultar. No vivo en una colonia espacial pero puedo intercambiar información gratis con cualquier sujeto en tiempo real y en cualquier punto de la Tierra. Lo prefiero.

Internet parece ahora algo un invento muy lógico, como el arado o el tenedor, pero a nadie se le ocurrió hasta que a alguien se le ocurrió. ¿Cuál será el siguiente gran gran avance que tenemos delante de los ojos y nadie es capaz de prever? Averígüelo y fórrese siendo el primero en montar una empresa que le saque rendimiento económico.

Foto: Penguinbush

martes, 21 de julio de 2009

El hombre sí llegó a la Luna

Como saben, ayer se cumplieron 40 años de la llegada del hombre a la Luna. No me he aburrido de leer sobre el tema en los periódicos y de ver programas y documentales en la tele, como uno en el que parecía que Jesús Hermida era quien pilotaba el Apolo XI. Pero la guinda de las celebraciones ha sido el reportaje que ha echado esta noche TVE para cerrar los fastos: El lado oscuro de la Luna. Un documental disparatado que muy hábilmente mezcla testimonios reales sacados de contexto y que pretende demostrar que la llegada al satélite se grabó en un estudio bajo la dirección de Stanley Kubrik.

El documental, rodado por una prestigiosa productora francesa Arte, tiene un tono muy convincente e incluye declaraciones, insisto sacadas de madre, de tipos como Kissinger o Rumsfeld. Pero es una broma gigantesca que ha sido emitida el día de los Inocentes (el 1 de abril en Reino Unido, EE UU o Francia) en varios países. Aquí, hasta donde yo he visto y me puedo equivocar, TVE lo ha emitido sin la menor advertencia. Es verdad que al final se ve a algunos de sus protagonistas riéndose en tomas falsas en las que se olvidaban del guión pero aún así ¿Cuánta gente no habrá llegado al final -la hora era prohibitiva- y se lo habrá tragado? ¿Era hoy el día para emitir este reportaje? ¿Cuántos amantes de las pseudociencias y las leyendas urbanas se habrán acostado reforzados en sus convicciones?

viernes, 17 de julio de 2009

Puesfijate, como una ola

[Nota importante añadida 24 horas después de la publicación de este post: Ahora ya no salgo el primero en Google y alguien ha subido ya el vídeo. Sigan leyendo y lo comprenderán]

No suelo escribir dos días seguidos en el blog pero el éxito del post de ayer me obliga a hacerlo. Sí, ya sé que sólo tuve un comentario pero mis visitas se multiplicaron por diez. ¿Porque puse el post en Facebook? No, a través de esa vía creo que pincharon cinco personas. ¿Porque me lo subieron al menéame? Tampoco. Investigando en la maravillosa web analytics, que me dice cuánta gente ha entrado, desde que ciudad del mundo y a través de qué página he encontrado la solución al misterio: el 90% de mis lectores buscaba información sobre el anuncio ese que suena con música de como una ola y google les dirigía, como primera o segunda respuesta, a mi página.

Dicho esto, seré amable con ese 90% que habrá entrado también en ese post buscando esa información y luego sigo con el rollo. El anuncio de marras es el del sorteo de verano de la ONCE. El vídeo del spot no está todavía en Youtube pero la música puede escucharse en la página unaolademillones.com a través de dos enlaces que no dicen nada que recuerde a dicha canción y que ponen "descarga el corte vida" y "descarga el corte Bora, Bora", dos versiones del mismo tema.

¿Se quedaron contentos? Pues me quedo ahora con el resto de visitantes, mi madre, mis hermanas y algún amigo despistado que todavía no pasa las 24 horas del día en Facebook. ¿Qué conclusiones podemos extraer de todo esto? Primero, que el tipo que eligió la canción para el anuncio es un genio: hay mucha gente en la red buscando el tema. Pero a continuación hay que concluir que gran parte de esos oyentes no han retenido qué demonios se está anunciando: son los que han buscado en internet los términos "anuncio como una ola" y han terminado en mi blog. Éxito limitado, pues.

Sin embargo, la peor nota hay que ponérsela, con todo el cariño y respeto profesional, a quienes hayan concebido la campaña en internet. En la ONCE tenían que haber pensado que mucha gente se quedaría más con la canción que con el sorteo. Y debían haber diseñado la página para que quien buscara información sobre la misma -poniendo en google los términos más intuitivos, "anuncio" y "como una ola"- encontrara inmediatamente su web, y no mi blog. E incluir detalles del sorteo pero también el vídeo del spot y los cortes de sonido, identificados con las palabras lógicas. ¿Quién ha oído el anuncio de como una ola? Todo el mundo ¿Quién ha oído el anuncio de Bora, bora, el mismo pero llamado de una forma irreconocible? Nadie.

Pasen un buen fin de semana. Yo me voy al pueblo a pasar fresquito, que ya es hora. Ah, y una fe de erratas, para terminar, que uno tampoco es infalible: el sorteo es el día 15, no el 20 por mucho que ese día se celebre San Bernardo. Yo ya les digo que voy a jugar.

jueves, 16 de julio de 2009

Anuncios pegadizos

Hoy me he pasado las siete horas reglamentarias de mi horario laboral con una melodía en la cabeza, que incluso tarareaba a ratos. Primero, entre sonrisas de mis compañeros, luego ya entre protestas. Era la música de un anuncio. Supongo que grabar una canción o un eslogan musical en el coco de los oyentes es un gran éxito para las empresas publicitarias. Conmigo lo consiguen a menudo, el problema es que luego no recuerdo bien qué demonios estaban vendiendo. ¿Les pasa lo mismo? Les he preparado un sencillo test de cinco preguntas para comprobar hasta que punto recuerdan esas musiquillas y lo que estaban anunciando. Las soluciones, al final, no las miren todavía.

1) ¿Qué compañía de móvil anuncia qué con la estupenda música Waltzing Mathilda, himno oficioso de Australia, que se popularizó como melodía de la serie de nuestra infancia El Valle Secreto?

2) Complete, tarareando, el siguiente eslogan "Carglass cambia...". Por cierto ¿Sabe a qué carajo se dedica Carglass?

3) Esta es eliminatoria. ¿Qué cantante venezolano es el gancho de las rebajas de este verano en el Corte Inglés con su canción Colgando en tus manos? Si no lo recuerda, complete al menos esta estrofa: "te envío poemas de mi puño y letra, te...".

4) ¿Qué sorteo se anuncia estos días con una magnífica versión de Como una ola, que dice: "como una ola, el dinero entró en mi vida, como una ola de pasta desmedida, mansiones blancas, poder ir a mi bola, como una ola...". Un pista, hace un mes los mismos tipos anunciaron su sorteo de San Juan con otra melodía inolvidable: "Ya se fue el invierno, el sorteo, el sorteo de San Juan".

5) Esto es de un producto de hoy y de siempre. ¿Con qué pegadizo estribillo acaban al menos desde el pasado siglo los anuncios de Calgón, la sustancia ésa que evita que se forme cal en su lavadora?

Soluciones: 1) Tarifa plana de Orange. Sí, había una pista muy buena, el vídeo de arriba. 2) ...Carglass repara". Se dedican a reparar cristales de coches. 3) Carlos Baute. La estrofa termina así: "...te envío canciones de 4.40". 4) El sorteo de verano de la ONCE, a celebrar por cierto el 20 de agosto, día de San Bernardo. 5) El mítico eslogan dice así: "Prolongue la vida de su lavadora, con Calgón".

Entre cero y una respuesta acertada: Los anunciantes con usted no hacen carrera. Dos o tres respuestas correctas: Va por la vida con cierto despiste pero parece que algo calan en usted los mensajes publicitarios. Cuatro aciertos: Es usted un blanco ideal para este tipo de campañas. Cinco aciertos: Como decían en La bola de cristal, quizá deberías ver menos la televisión (o escuchar menos la radio).

lunes, 13 de julio de 2009

Únase al moonwalk

La gente que está todo el día navegando por Internet pensará "pero esto es viejísimo...". Pues sí, para los tiempos de la red: debe tener como diez días, pero a mí me lo contó hoy mi hermana Bea. Resulta que unos tipos con mucha imaginación han creado una página para que todo el mundo puede rendir su homenaje a Michael Jackson uniéndose al moonwalk, el baile ése del paseo lunar que inventó el rey del pop (por cierto nunca oí llamarle así en vida). Arriba he puesto un trozo grabado en Youtube, pero para entenderlo mejor PINCHEN AQUÍ y vayan a la página, que se les abrirá en otra ventana.

¿Ya están ahí? Pues bueno, el proceso es el siguiente: uno se graba haciendo el bailecito, lo sube a la página... y se une a los miles de internautas que han mandado sus vídeos y que forman una cadena humana de kilómetros, por lo que se ve. Yo he tratado de hacerlo pero el ordenador me ha dado un error, seguiré intentándolo. Hay gente de todas las edades, vestidos de cualquier cosa, desnudos, en bicicleta, o haciendo malabarismos. Y si consiguen subir su vídeo hay un buscador para encontrarse luego (busquen, por ejemplo, a Lorenzo Milá, presentador del Telediario 2).

Lo dicho, una idea buenísima. Si alguien logra subirse, que deje un mensaje para que lo veamos.

miércoles, 8 de julio de 2009

Mis amiguitos especiales

La boda del siglo ya pasó y mejoró las expectativas. Hubo una organización perfecta, con autobuses -estábamos en la Península, si no serían guaguas- desde el aeropuerto de Sevilla hasta la puerta de la Iglesia, visitas guiadas por Zafra y todo el parador nacional Duque de Feria cerrado para los invitados. Además, tuve la oportunidad de ver a mis amigos de Tenerife, los de toda la vida. A varios los conocí en el instituto, a otros en el colegio, a alguno incluso en la guardería: casi todos son del barrio. Muchos se han casado y tampoco se han ido a vivir muy lejos: lo agradezco, puedo visitarlos a todos en media hora.

De mis amigos ya he hablado en varias ocasiones. Cada uno tenemos nuestra personalidad pero cuando nos juntamos hay una especie de inteligencia -por decir algo- colectiva forjada durante décadas y compuesta por anécdotas variopintas; frases que nos hacen gracia y repetimos hasta la saciedad y cuanto más las repetimos más gracia nos hacen y más estupor causan a quienes las escuchan; y afinidades comunes, muy peculiares y arbitrarias. Les cuento algunas.

Por ejemplo. Últimamente nos ha dado por repetir, sin venir a cuento, frases extraídas de la conversación que mantuvieron el presidente valenciano, Francisco Camps, y un supuesto miembro de la trama corrupta, Álvaro Pérez, El Bigotes, en una conversación que consta en el sumario del caso. "Eres mi amiguito especial" -aunque en realidad se llamaron "amiguito del alma", según apunta mi amigo Manolo. "Tenemos que quedar a hablar de lo nuestro, que es muy bonito". "Te quiero un huevo". on el regalo] "te has pasado 20 pueblos". ¿Les hace gracia? Pues les juro que a nosotros muchísima.

Por ejemplo. Podemos contar diez veces, riéndonos igual la primera que la trigésima, un recital de poesía en el que participó un antiguo compañero de instituto y que incluía versos que decían "¡los volcanes!" o "el sol del mebrillo en el dintel de la puerta". O recordar una exhibición de canción lírica a cargo de otro colega, de la que sólo recordamos una estrofa: "la mía mamma... napolitana". ¿Les parece divertido? Pues a nosotros sí.

Por ejemplo. Podemos organizar mientras cenamos un campeonato para ver quien sabe más de las películas de El Padrino con preguntas tan precisas como ¿Qué personajes aparecen en las tres películas de la trilogía? ¿Qué fiesta celebran los italianos de Nueva York el día que mataron a Don Fanucci? ¿Qué le dice Michael a Fredo al descubrir su traición? ¿Cuál es el secreto de Clemenza para preparar las albóndigas? ¿Les parece interesante? Pues a nosotros nos encanta.

Por ejemplo. Podemos ponerle a alguien un mote en un minuto y al día siguiente otro. Que el nombrete, como decimos en Canarias, se perpetúe, depende en parte del sentido del humor del interfecto. A mí por llevar unas sandalias peculiares a una despedida de soltero me cayó el sobrenombre de profesor de ética. Por una camisa de flores y alguna referencia al barrio en el que vivo en Madrid, en otra despedida me pusieron Slinky, compañero de celda de Tango en Tango y Cash. ¿Les parece ingenioso? Pues a nosotros bastante.

Esperen un minuto antes de llamarnos chalados. Reflexionen si en los grupos humanos a los que pertenecen ustedes, no pasa lo mismo: con otras anécdotas, con otras complicidades. ¿Estamos locos?

viernes, 3 de julio de 2009

Se casa Hugo

Este fin de semana se casa en Zafra (Bajadoz), o Zafra y Cisjordania, como dice su madre, mi amigo Hugo. Él sabrá lo que hace. Y seguro que hace muy bien, porque su novia María es muy buena chica. Así que toca rendir homenaje a este hombre, hoy respetable farmacéutico. Y alabar un amigo de toda la vida -lo conozco desde hace 32 años- ya saben lo que es: con la excusa de hacer un retrato entrañable del personaje uno se dedica a sacar trapos sucios. Uno tras otro.

A Hugo lo conocí en el antiguo Hispano Británico, allá por la Cuesta Piedra, donde nos gobernaba con mano de hierro la señorita Nelly. Siempre fue muy buen chico, aunque hay un episodio oscuro en sus primeros años de colegio que no me resisto a recordar. En primero de EGB me sobornó durante semanas para que le llevara juguetes bajo la amenaza de contarle a la señorita que le había dado una patada en clase de judo. Cuando se descubrió el pastel en clase hubo bronca para los dos: a él por chantajista, y a mí por dejarme chantajear: así era el régimen disciplinario en el cole. Luego se convirtió, decididamente, en un buenazo. Y por eso nos metíamos tanto con él dándole golpecitos en las orejas, que tenía un poco prominentes.

Hugo era y es un tipo muy inteligente. Pero no sacaba buenas notas porque no le daba la gana. Alguna vez dejó preguntas sin contestar en un examen para salir antes a jugar al baloncesto: sabía que con las que había respondido ya tenía el aprobado. En inglés, sí era bueno, de notable por lo menos, porque para eso había estado en Inglaterra. Y por eso cuando lo de las Malvinas se puso de lado de los británicos. Pero aún así no podíamos jugar a la guerra en el recreo, porque era él sólo defendiendo al Gobierno de Thatcher contra el resto de la clase.

Destacaba mucho en gimnasia: era un gran corredor de fondo. Una vez, y esto me lo ha recordado hace poco, apostó conmigo a que llegaba a su casa corriendo antes que la guagua del colegio. Él vivía a kilómetros del colegio, eso sí, cuesta abajo: para los que conozcan Tenerife, tenía que bajar desde La Higuerita, por encima de La Cuesta; a la calle General Goded, que no sé que nombre le habrán puesto ahora, en el barrio de Salamanca. Llegaron más o menos empatados pero al día siguiente fue ver al director.

Otra gran pasión de Hugo era, y son, los vehículos. Una vez interrumpió una clase para contarnos a todos que su padre había tenido un choque con el coche. También destacaba, y ya después de contar esto me va a matar, por dormirse en cualquier lugar, como por ejemplo en el pupitre durante las explicaciones del profesor. Hugo también era famoso por sus fiestas de cumpleaños. Cuando ya se hizo mayorcito empezó a celebrarlas en la casa de Tegueste, una mansión estupenda donde sus tíos congregan a toda su familia y amigos.

La familia de Hugo merece un capítulo aparte, pero ahí todo iban a ser alabanzas. A su abuelo Don Alejandro, el centenario más lúcido que he conocido, a sus tíos, Juan y Carmen y todos los demás, a sus padres y a su hermano Raúl, que de pequeño era mi doble. Un día mi hermana se lo quiso llevar a casa a rastras desde el colegio. Otro día un tío de Hugo me metió un rollo impresionante creyendo que yo era él. Después crecimos, el se convirtió un tipo cool y metrosexual y yo, según definición de mi amigo Manolo, en su versión profesor de Ética.

Se me acaban las anécdotas, pero he dejado una para el final. Una que de verdad da la medida entrañable del personaje. Hace unos días en el Facebook, precisamente en un foro en el que nos reunimos ex alumnos del colegio, recordaba yo que Hugo creía en los Reyes Magos cuando ya algunos en clase empezaban a tener relaciones sexuales. Rápidamente me corrigió: "Berni", me escribió, "a ti te traerán los regalos tus padres. A mí me los siguen trayendo los Reyes". Claro que sí, hombre, envidia que me das. Y te dejo con Sabina para que te canta aquello de "que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel". Mañana nos vemos.