martes, 4 de agosto de 2009

Un italiano entrañable e inesperado

Los habituales de Puesfijate ya saben que aquí tenemos un despiste terrible en materia de cine moderno, entendiendo por aquel el filmado después de 1972, el año en el que El Padrino ganó el Óscar a la mejor película y vino al mundo el firmante de estas líneas. No se sorprenderán por tanto si mostramos nuestra agradabilísima sorpresa por una cinta rodada hace nueve años y que seguramente todos ustedes ya conocen. Advertidos están, culturetas abstenerse.

Esta noche andaba yo cansado y algo tristón, vaya usted a saber por qué, y elegí ver la película de mi surtida videoteca más inadecuada a priori para mi estado de ánimo. Italiano para principiantes, nada menos que una comedia romántica danesa del año 2000 rodada bajo los principios del manifiesto dogma ése de cuyas virtudes intentó convencerme hace años mi queridísima Ana con escasísimo éxito. Un probable ladrillo destinado a trasladarme de la melancolía a la depresión o a durar 20 minutos en mi pantalla.

Estuve a punto de apagarla a los 10 minutos. Aquello pintaba fatal, con unos personajes horribles, encabezados por un pastor luterano recién enviudado, envueltos en unas vidas de mierda. Pero aguanté. Tal vez cautivado por la belleza de Giulia (Sara Indrio Jensen, pensé que ya no quedaban mujeres así en el cine, ¡quién hubiera sido el soso y medio impotente Jorgen Mortensen!). Tal vez porque aquello empezaba a pillar ritmo. Y después de echar cuatro o cinco carcajadas, que no todas las películas consiguen arrancarte, la acabé con la batería de energía vuelta a cargar y reconciliado con el mundo. Ya sé que la vida no es siempre tan ideal pero a veces a uno le gusta soñar, en un libro, en el cine, que sí podría serlo. Y como colofón un detalle mágico: el tema recurrente que suena sobre todo al final, Cuando m'en vo de La Boheme de Puccini, uno de mis momentos musicales favoritos, perdón por la pedantería, y que este fin de semana casualmente había escuchado una decena de veces.

Moraleja, la de casi siempre. Los prejuicios son muy malos. Hasta una peli danesa de cine dogma con pastores luteranos, perdedores de la vida y pinta sospechosa pueden devolverle a uno la alegría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué raro verte meláncolico, Berni. Me alegro de que esa estupenda película te haya animado!!!

Anónimo dijo...

Yo la vi en el cine cuando salió y recuerdo que me partí de risa. Felices vacaciones desde Donosti...