lunes, 23 de junio de 2008

¡Ya era hora, hombre!

Ya era hora, hombre, ya era hora. 24 años esperando este momento ¿Se dan cuenta de la cantidad de cosas que han pasado en sus vidas desde que en junio de 1984 pasamos de cuartos -y de semifinales, todo hay que decirlo- en una competición oficial? Atrás quedan el partido de Bélgica del Mundial 86, con el penalti de Eloy; el del 90, con Michel agachando la cabeza ante Yugoslavia; el codazo de Tasotti a Luis Enrique en el del 94; los penaltis de Hierro y Nadal en la Eurocopa del 96; el fiasco completo del Mundial de Francia; los penaltis contra Corea en 2002; el gol de Ribery en el 2006 y alguna otra funesta tarde que seguro que se me ha olvidado.

Y encima contra Italia, a quien no ganábamos desde 1920. Y en los penaltis. Yo me quería emborrachar porque la gesta era ésta, pasar de cuartos, y el partido con Rusia me da bastante más igual que éste de Italia. Pero mis amigos son más prudentes. Otros han tenido mi misma idea y más arrojo y se han lanzado de cabeza a la fiesta. Les adjunto un vídeo recién salido del horno de la plaza de Alonso Martínez con imágenes, muy borrosas pero imaginen mi emoción, de la alegre muchachada española bañándose en la fuente.

Y termino este post con un documento sonoro impagable, la tanda de penaltis según se contó en la SER. A destacar el tono nacionalcatólico de la retransmisión, padre nuestro incluido, aunque algo desactualizado, y con continuas referencias a santos y vírgenes. Hay algo de coña pero creo que el tono no es ni mucho menos irónico. Como dijo no se quien los españoles estamos siempre detrás de los curas, con una vela o con una estaca. Y en los momentos difíciles sacamos la vela. Yo se la pongo al Nazareno de Portobelo (Panamá), que nunca me ha fallado. Algún día espero hablarles aquí de sus milagros. Ahora, a disfrutar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y todo esto, en el día en que mi abuela Esperanza hubiera cumplido 100 años. Lo que hubiera disfrutado ella viendo los penalties desde su salón.

Anónimo dijo...

el jueves nos emborrachamos, berni, pase lo que pase!