lunes, 4 de enero de 2010

Próximo destino: San Borondón

Bueno, queridos lectores. Ante todo, feliz año. Me hubiera gustado felicitarles la llegada de 2010 con un pequeño concierto de Año Nuevo al piano pero no tuve demasiado tiempo para ensayar y la grabación que hice del vals Ondas del Danubio no tenía la calidad necesaria para ser colgada en Puesfijate. Para que vean que estoy aprendiendo pero también tengo mi orgullo artístico.

Así que hoy voy a hablar de otras cosas, aunque sigo teniendo la marcha Radetzky en la cabeza, obsesivo que es uno. Voy a hablarles de un libro y un amigo. El libro, Desideratum, 21 viajes a San Borondón se presentó ayer en la villa de la Orotava (Tenerife) y el amigo es David Fuentefría, el Jebi para los colegas. Desideratum es una recopilación de 21 cuentos sobre San Borondón, una isla que aparece y desaparece en el mar, anhelada y a la vez inaccesible, y en la que supuestamente desembarcó el monje irlandés Brandán cuando buscaba el paraíso terrenal por el Atlántico allá en el siglo VI. Para entedernos, la metáfora de la utopía en la mitología canaria.

Pues bueno, El Jebi y otros 18 autores han aportado desinteresadamente los 21 cuentos de la obra a la Asociación Scripta Manent (lo escrito permanece, en latín), que ha editado el libro a beneficio de la Asociación de Padres de Personas con Autismo de Tenerife (APANATE). El libro aún no lo he empezado pero les adelanto que el plato fuerte -aparte claro está del cuento escrito por mi amigo- parece ser el relato A veces un mono basta, de un tal José Saramago. Un invitado de peso Nobel, como ven.

El Jebi ha tenido mala suerte con la profesión periodística, como tantos otros en estos tiempos de crisis, pero es un tipo con muchísimo talento. No hace falta leer un cuento suyo para saberlo, basta con fijarse simplemente en el ingenio de algunos de sus comentarios -bastan dos palabras, una frase- en Facebook, la nueva plaza del pueblo. También es un gran conversador, mejor en un ambiente de confianza y con unas cervezas. Por eso cuando me dijo hace un par de semanas que pensaba volcarse en la literatura -lo que mejor sabe hacer- y tratar de vivir de ella lo animé y, desde mi comodísima situación en la vida, lo envidié. Su viaje, como todos los que merecen la pena, será un viaje hacia san Borondón, con una meta que se irá alejando según complete las etapas. Pero, por lo que le conozco, creo que en esa búsqueda continua podrá ser razonablemente feliz, como decía su admirado Aberasturi. Y de paso ganarse las lentejas. Suerte amigo, ya me irás contando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ánimo, Jebi, a mí también me das envidia

El Jebi dijo...

Bueno, Berni, lo prometido es deuda. Gracias por tu aliento y por los comentarios; es cierto que probablemente halle algo más en esa búsqueda que hasta ahora me había negado, pero, sea como sea, lo que está claro es que va a tratarse de un arriesgado ejercicio de funambulismo vital. Qué bueno tener amigos como los que tengo ejerciendo de red. Un abrazo y, coño, ¿cómo te acordabas de lo de Aberasturi?