jueves, 18 de febrero de 2010

Sobre el Molownysmo

El pasado viernes murió a los 84 años Luis Molowny Arbelo, el mejor futbolista canario de la historia. Molowny fue jugador del Real Madrid y de la Unión Deportiva Las Palmas, entre otros equipos, y participó en el Mundial de Brasil de 1950 formando parte de una delantera formada además por Basora, Zarra, Panizo y Gaínza. Además de un excelente jugador, Don Luis era una excelenta persona, según la gente que lo conoció, tal y como corroboran algunos de los señores -casi todos ex futbolistas- que salen en el vídeo que he puesto ahí arriba.

No me extenderé sobre los méritos futbolísticos de Molowny ni pretendo hacer un obituario de alguien a quien no conocí ni vi jugar: si quieren más información sobre su trayectoria pueden pinchar aquí. Pero sí me gustaría hablar de su faceta como entrenador: en eso sí lo recuerdo y me dio muchas alegrías. Como técnico de Las Palmas logró un subcampeonato de Liga y con el Real Madrid nada menos que tres Ligas, dos Copas y dos copas de la UEFA. Un palmarés impresionante si se considera que en el equipo blanco al hombre lo ponían en el banquillo de apagafuegos, para cubrir el hueco de algún entrenador destituido.

Pero lo más interesante no es lo que logró como entrenador, sino cómo lo logró. El molownysmo, del que había oído hablar en algunas ocasiones pero del que apenas hay referencias en la web, es un estilo de liderazgo muy simple pero efectivo basado en el sentido común y en dejar libertad a los jugadores. En una entrevista que le hizo Juan Cruz hace unos años para la Televisión Canaria, Molowny lo decía muy claro: el no entendía demasiado de tácticas ni de técnicas. Pero si sabía o intuía, que es casi mejor, como hay que jugar al fútbol.

Es posible que el origen de la expresión esté en un artículo escrito por Alfredo Relaño -actual director de AS- en El Mundo Deportivo en 1994. Al menos es la única referencia concreta que he encontrado en internet. Relaño lo describe así: elegir a los mejores, ponerlos a jugar donde les gusta y darles pocos consejos: luchad, sed buenos chicos y mantened poca distancia entre líneas. El artículo ironizaba sobre Benito Floro, que acababa de ser destituido como entrenador del Real Madrid, y cuyo complejísimo discurso acabó hecho trizas en un partido contra el Lleida. Perdiendo en casa con el colista, el verbiflorido técnico se tragó toda su retórica para lanzar esta consigna (mamá no sigas leyendo): "Nos los follamos con el pito, que somos el Madrid, coño".

Decía entonces Relaño que con Del Bosque, que debutaba como entrenador para sustituir al asturiano, volvería el molownysmo al Madrid. Ambos, el salmantino y el canario tenían un perfil similar: tipos mesurados, sobrios, poco amigos de la palabrería. Y técnicos de éxito indudable. Del Bosque ha ganado desde entonces como entrenador dos Ligas de Campeones, dos Ligas, una Intercontinental y dos Supercopas, una de España y otra de Europa. Ahora dirige a una de las selecciones favoritas para el Mundial. El polo opuesto, Benito Floro, sin duda un buen técnico y una persona honesta, no ha sacado en cambio partido de su exhaustivo ensayo sobre la importancia del saque de banda en el fútbol moderno. En su último equipo -el Barcelona de Guayaquil- fue destituido por la pobreza de los resultados. Quizá debió escuchar más a Molowny. Aunque hablara poco.

1 comentario:

mariangela dijo...

me gusta el molownysmo. Bien hecho Marín!
te voy a robar una frase...