lunes, 2 de agosto de 2010

Grande Gran Canaria

Puesfijate que después de 37 años he visitado Gran Canaria. Perdonen que presuma de viajero intrépido pero es tremendo que uno haya ido antes a conocer el Taj Majal, Abu Simbel, la selva del Podocarpus o Cuenca que la isla que durante 17 años, cuando no había brumas, veía desde mi ventana. O sea, que ha sido como conocer ya de mayor a ese primo de quien tanto hablaba la abuela.

Me acercaba yo ese primo con bastante curiosidad. En mi isla, Tenerife, no había oído hablar muy bien de la isla de enfrente. Eso en el mejor de los casos. Porque tenemos un periódico, El Día, que dice en un lugar destacado de su portada -todos los días- y de su página web -todo el rato- que Gran Canaria no tiene bellezas naturales y que su nombre es en realidad Canaria -ver imagen abajo, a la derecha. Y que la otra denominación es engañosa porque es la tercera del archipiélago por extensión. Así que en mi tierra debe haber un montón de gente que piense que enfrente se dedican a engañar a los turistas vendiendo una tierra más grande de la que tienen. Y que los visitantes cuando llegan sufren una doble decepción: al saber que no están en la mayor isla de Canarias -¡Qué fraude, sólo 1.500km2 frente a 2.000 de Tenerife! ¡Que me devuelvan el dinero!- y al no encontrarle atractivo por ningún lado.

Esto que cuento sería un chiste si no fuera porque ese periódico tan bienintencionado no es un diario humorístico, ni un medio marginal. Es el que más vende en mi provincia. También es el que pretende que Canarias adopte el estatus de las islas Comores y se divida en dos, con una isla que siga dependiendo de la metrópoli (Gran Canaria) y seis que formen una república independiente donde el castellano y el bereber sean lenguas oficiales. Así que una de tres: o mucha gente en mi tierra se ha vuelto loca; o son unos cachondos; o son personas de costumbres que compran el mismo periódico de toda la vida aunque diga que Elvis Presley está vivo y tiene un piscolabis en Jinámar.

Pero dejemos de lado a El Día, que hoy toca hablar de cosas agradables. Y muy, muy agradable, me pareció Gran Canaria. Las Palmas tiene dos barrios preciosos, Vegueta y Triana que parecen una prolongación a través del atlántico de la zona colonial de ciudades del otro lado del charco como Santo Domingo. La playa de las Canteras me asombró porque, aunque es el escaparate de una urbe gigantesca, mantiene fachada de pueblo de pescadores, con edificios no demasiado altos y razonablemente armónicos en primera línea de costa. Las cumbres tienen unas vistas magníficas y vertiginosas, como la que hay sobre la caldera de Bandama o los miradores frente al roque Nublo, y sorprendentes lagunas de aspecto alpino. Y las dunas del sur comparten con el desierto todo su encanto hipnótico sin ninguna de sus desventajas: no hay serpientes de cascabel y cuando uno se aburre, en vez de morir de sed buscando un oasis, da un paseo y en diez minutos está en la civilización tomando una cerveza.

Además de estos paisajes de postal mi estupenda guía -gracias por todo, Vir, también por la foto que abre este post- me enseñó un puñado de pueblos -Mogán, Agaete, San Mateo, Arucas- con muchísimo encanto para hacer tres cosas que me encantan: pasear por calles bonitas, parar en la esquina más concurrida a tomar un café y fijarme en los personajes locales para cotillear un poco en sus vidas. Cuanto más pintorescas, mejor. Y como guinda, he podido reencontrarme con Dani Bustos, un viejo amigo de la universidad a quien no veía hacía 10 años. ¿Un resumen entonces de esta visita a Gran Canaria? Pues, hablando mal y pronto, que los de El Día no tienen ni puñetera idea. Si no la han visitado aún, denle una oportunidad. Creo que no se arrepentirán.

6 comentarios:

Vir dijo...

Ante todo gracias a ti por saber sacarle partido a cada segundo. Estoy segura de que cualquier excursión contigo tiene que ser una aventura.

Había rincones como Arucas que inexplicablemente había borrado de mi memoria (por cierto, es allí donde Elvis tiene el piscolabis) así que se puede decir que yo también hice un viaje esta vez.

Ahora me toca conocer La Gomera. Ayer hablando con mis padres hemos decidido ir a verla dentro de un par de semanas.
Como tú ya has estado y me has hablado bien, te doy una idea para el próximo post: una guía páctica para conocer lo mejor de la isla en poco tiempo (así me aprovecho).

Entonces a esta canaria solo le faltarán La Palma y El Hierro para completar las siete. Y es que Las Afortunadas son pequeñas, pero descubrirlas lleva su tiempo.

Anónimo dijo...

Los de El Día explotan el complejo de inferioridad y la envidia de la gente que necesita a alguien a quien culpar de sus fracasos. Con lo bueno que es llevarse bien entre vecinos.

Anónimo dijo...

Vir, no te conozco. Pero desde leugo, te toca conocer la Gomera, aunque no lo digas muy alto no nos la vayan a estropear.

Anónimo dijo...

Los de El Día son unos pobres amargados. Me pregunto si esa gente tan radical tendrá amigos que piensen de forma distinta o si por el contrario vivirán encerrados con sus cuatro compañeros de rabia.

Anónimo dijo...

¡Qué ganas de visitar Las Palmas! Vergüenza me da teniéndola tan cerca...

vir dijo...

¡Ya conocí La Gomera! En un día y una mañana me dio tiempo a poco, aunque lo suficiente como para saber que quiero volver y saborearla mejor. Me encantaron sus contrastes; para Garajonay... no tengo palabras. De repente me vi en otro planeta. Las vistas de Vallehermoso son de ensueño. En Valle Gran Rey vi a un amigo comiendo en Casa María. En San Sebastián descubrí que la iglesia sí tiene una placa que habla del paradero de Colón por allí. Lo que pasa es que está escondida.
Y si todo esto lo pude ver en poco más de 24 horas qué no veré en una semana entera. La próxima vez iré a descubrir secretos. Pero no los contaré para que no vaya nadie a estropearla ;)