miércoles, 11 de marzo de 2009

Te enseñaron mal las matemáticas

No me cansaré de decirlo: si no te gustan las matemáticas es casi seguro que te las enseñaron mal. Estos días estoy leyendo un libro de un argentino llamado Adrián Paenza que es todo un descubrimiento: Matemáticas ¿Estás ahí?. Creo que tiene varios con título similar y supongo que todos serán igualmente interesantes y generadores de alegría para el lector. Paenza, que además es un conocidísimo periodista deportivo, combina problemas de ingenio con anécdotas científicas y reflexiones deliciosas sobre los números primos o la existencia de infinitos más grandes que otros. Eso sí que son debates interesantes y no los de las tertulias de la televisión y la radio. También te enseña cosas tan útiles para la felicidad personal, y lo digo sin la menor ironía, como transformar cualquier cifra en binaria, sumar de forma instantánea una serie de números consecutivos, por larga que sea, o construir tus propios triángulos rectángulos.

Yo hay cosas que ya sabía. Los números primos son infinitos y no siguen ningún patrón predecible. Hay infinitos más grandes que otros (los números irracionales son muchísimos más que los racionales). Y es probable que en Santa Cruz de Tenerife haya muchas personas con el mismo número de pelos en la cabeza. Pero ahora también puedo demostrarlas, porque este señor además de contar las cosas las explica con gran claridad. En su país, vaya envidia, tiene -o tenía- un programa en la televisión, Científicos industria Argentina, muy alejado de la basura que estamos acostumbrados a ver aquí. De ese espacio extraigo este vídeo. ¿Conoce el teorema de Pitágoras? Pues ahora se lo van a demostrar de forma muy sencilla. Esté atento, es un pelín largo para lo que se estila, ahora que cualquier vídeo de más de 20 segundos se considera largometraje. Pero merece la pena.

Para descargar gratis (y legalmente) el libro de Paenza pinche aquí. Pero es mejor comprarlo y leerlo con calma en la playa o en el sofá.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues me las explicaron mal...

Anónimo dijo...

soy la madre que te parió. ¿Disrutaría yo también con ese libro? No lo creo. In illo tempore (en mi "tempore") aprendimos de memoria cantidad de cosas que el profesor de turno no podía, por razones obvias, explicarnos: el tampoco las entendía. Ya sabes que cuando hice amistad con Amparo y me explicaba como si yo fuera su alumna, los hasta entonces para mí inescrutables misterios de la física, empezó a apasionarme la física. Demasiado tarde.

Anónimo dijo...

¡Nunca es tarde vieji!

Anónimo dijo...

Pues sí que se explica bien Roberto Verino.