
El libro está, pues, compuesto de enseñanzas prácticas para la vida cotidiana, trucos para divertirse y divertir, y saberes teóricamente inútiles, de esos que nos encantan en Puesfijate y que resultan en realidad utilísimos porque convierten la vida en algo mucho más entretenido. El enunciado de los ocho capítulos en los que se divide la obra dice bastante de su delirante contenido: Cómo ser un hombre de verdad (guía para desenvolverse en cualquier situación); Ciencia de feria (ideas increíbles y divertidas basadas en la física); El árbol del conocimiento inútil; Pasión por las actividades al aire libre (Práctica de deportes, juegos y pasatiempos en plena naturaleza); No hay nada en la tele (pasatiempos para un miércoles lluvioso); ¡Te pillé! (bromas, apuestas, timos e inocentadas); El desfile de los exhibicionistas (trucos insólitos para los bromistas más exigentes); y Cocina militante (recetas audaces para tipos con agallas).
Y les decía que he descubierto dos libros originales porque hay un volumen simétrico de éste, 211 cosas que una chica lista debe saber, que regalé a una amiga por su cumpleaños y que por lo que he ojeado, es aún más ingenioso. Además de saberes tan útiles para una mujer como aprender a fabricarse un vestido de noche con una bolsa de basura o a estrangular a un hombre con las piernas incluye un capítulo antológico sobre cómo adelgazar tres kilos en seis horas. Empieza con algunos consejos, más o menos obvios, como pasar por una sauna o tomar diuréticos pero enseguida toma carrerilla y propone medidas más desesperadas: córtate el pelo, dona sangre, depílate las cejas, piensa en algo triste y llora un rato... Para eliminar los últimos gramos las sugerencias son aún más radicales: escupe, vacía los pulmones de aire o límate las asperezas de los pies.
El libro lo ha escrito Bunty Cutler, alterego femenino de Tom Cutler, según leo en Amazon, aunque algún blog sugiere que son hermanos. Ahora que lo pienso, cuánto hubiera disfrutado escribiendo esta bilogía (como trilogía, pero de dos, está en la RAE) con cualquiera de mis hermanas, Dácil y Beatriz -recordwomen de sentido del humor, ambas. A ver si se me ocurre algo parecido y salimos de pobres.