domingo, 26 de septiembre de 2010

Calor y pobreza

Sigo escribiendo sobre Cartagena de Indias, más de un mes después de mi vuelta. La ciudad, o mejor dicho, lo que se visita de ella es una joya. Floreció esplendorosa porque fue el principal puerto de salida de las riquezas de Suramerica hacia España. Pero su opulencia se secó de golpe a principios del siglo XIX, con la independencia de Colombia. Y fue ese frenazo el que salvó su belleza: de pronto no había dinero para "modernizar" la urbe, que se conservó casi intacta como era en la época colonial. En otros lugares sí pudieron en cambio sustituir los antiguos caserones por viviendas más modernas y perdieron de paso todo el encanto para las generaciones venideras.

La zona colonial de Cartagena es pequeña, puede recorrerse entera en pocas horas. A su alrededor se extienden los barrios de San Diego y Getsemaní y la península de Boca Grande, donde se apilan enormes hoteles. Son estas las zonas por donde se mueve el turismo, y donde la seguridad es casi total, algo muy de agradecer en un país como Colombia donde desgraciadamente aún hay altos índices de violencia. Pero es una burbuja muy pequeña en comparación con el tamaño total de la ciudad, cuya área metropolitana tiene una población de 1.245.000 habitantes. Más allá de las murallas de la ciudad se extienden decenas de barrios, la mayoría de los cuales no son demasiado recomendables para los visitantes. En algunos, más alejados, no entra ni la policía: sólo el Ejército.

La culpa de la inseguridad la tiene, claro, la miseria, aunque no solo porque he visto mucha más en India y nadie levantaba la mano para robar ni una manzana. De la resignación india ya hablé hace casi tres años -y probablemente volveré a hablar en unos días- pero hoy hablaremos de la pobreza, sin más. Puesfijate que después de ver algunos pueblitos miserables en los alrededores de Cartagena me quede reflexionando sobre una evidencia. ¿Por qué casi todos los países que se encuentran entre los dos trópicos están atrasados y las naciones desarrolladas están en las zonas templadas del planeta?

Descartemos la explicación de la raza. Hoy gobierna el país más desarrollado del mundo un afroamericano y está demostrado que un negro, un blanco o un indio son genéticamente casi idénticos. Tampoco creo que se deba a la colonización, pero aunque así fuera tendríamos que preguntarnos por qué los países del norte tuvieron más fuerza para sojuzgar a los del sur. Creo que el clima ha tenido mucha más influencia en este fenómeno que cualquier otra variable. En primer lugar, porque con 35 grados y una humedad extrema como tienen en Cartagena apetece mucho menos trabajar que en un ambiente fresco. Pero sobre todo porque en un país cálido necesitamos mucho menos para vivir. No hace falta tener una casa de paredes sólidas, ni un armario bien surtido con ropa de abrigo, ni comer en exceso para acumular calorías. Los hombres que poblaron las zonas frías, en cambio, tuvieron que desarrollar por pura necesidad culturas mucha más productivas.

El argumento, probablemente simplista ya lo sé, es reversible. Hay más pobres en el trópico pero en el fondo son menos miserables que los que viven en los países ricos. Lo dijo Camus en una cita que no he encontrado, pero que avala la buena memoria de mi madre: los mendigos en Argel le daban mucho menos pena que los de París. Allí podían dormir casi al raso, vestirse con cuatro trapos, comer un pez capturado por ellos mismos en la playa... En la capital francesa, en cambio, el frío, y la sociedad que éste ha contribuido a modelar, convierte a los sin techo en seres muchísimo más vulnerables.

No voy a hacer un elogio de la pobreza pero les aseguro que no me importaría volver al trópico sin ninguno de los lujos de que disfruté en mi último viaje. Dormir en una hamaca, comer en los restaurantes de barrio y matar el día con esos pequeños placeres que siguen siendo gratuitos: darme un baño en el mar, tomar el sol, pasear, sentarme en un banco a ver pasar a la gente y jugar al ajedrez en las plazas. Para unos días, sólo para unos días, me parece todo un planazo.

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