Para mí las Navidades significan desde hace 17 años volver a Canarias desde algún lugar más frío, Bilbao primero y Madrid después; acercarme a la playa y, si hay suerte, darme un buen baño en el Atlántico. Aquí el agua suele estar muy fría, pero como el invierno es muy suave si el tiempo acompaña resulta más un placer que un sacrificio ritual para presumir de zambullida en diciembre. Hoy brillaba el sol en San Sebastián de la Gomera, teníamos 24 grados, el cielo estaba despejado y el chapuzón ha sido una gozada.
Si se cumplen las profecías de los augures del cambio climático (yo no soy agnóstico en este tema aunque sí un poco escéptico) es posible que este panorama se traslade en las próximas décadas mucho más al norte. Quizá dentro de cien años alguien se dé en Estocolmo en tal fecha como hoy un baño tan estupendo como el que he disfrutado esta mañana. ¿Seguiremos entonces adornando nuestras casas con imágenes de trineos entre colinas de nieve o cambiará también con el tiempo el atrezzo navideño?
5 comentarios:
Macho, ya te vale de dar envidia...
Peaso cabrón :)
Está claro: en Navidad no hace falta irse a Egipto con Carla Bruni para dar envidia. Un día de playa en La Gomera, bajo la atenta mirada de Mujercita (¿mariaste?), es una gozada. ¡Disfruta, Ber!
¡Es un fotomontaje como lo del Rey!
Berni está en Regueros quemando la cesta de PRISA para entrar en calor y cantando villancicos con Mariano y Campeón.
jajajajaja, cuántos comentarios graciosos. ¿Sabes, Berni?, tu blog tiene una particularidad. Y es que para mí resulta imposible leerte y dejar fuera los comentarios de tus lectores. Son cheverísimos. Majos, como dirían ustedes.
A mí también me ha dado envidia
:)
Un besote, y un 2008 afortunado.
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