Esta entrada sólo le interesará a amigos muy próximos y familiares, pero como supongo que éstos constituyen el 90% de la gente que entra aquí espero que le haga gracia a alguien. La foto (pínchala para ampliarla) la tomó Alfredo en Roma y tiene su miga: ¿Qué hacía Alfrico (mi padre) en la fontana de Trevi el 15 de mayo pasado? ¿Quién había dicho que este hombre sólo viajaba a Busto de Bureba? No quiero crear un conflicto conyugal entre mis viejitos a estas alturas de la película pero ¿Quién es la señora de pelo claro que le acompaña?
El bueno de Alfrico estaba ese día trabajando en su oficina de Santa Cruz de Tenerife así que se comprueba que todos tenemos un doble en algún lugar. O varios. O medios dobles. Del azar depende que un día nos encontremos con uno frente a frente. ¿Le ha pasado alguna vez encontrarse con alguien realmente parecido a usted? ¿Cómo se reacciona en esos casos? ¿Se le saluda o se celebra la coincidencia con una sonrisa? ¿Alguien tiene una historia interesante que contar sobre este tema, aunque sea falsa?
domingo, 10 de junio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Teniendo en cuenta que el pasaporte de viejito es de los que prohíben la entrada a la URSS y países satélites, que lo usó una vez (si la memoria no me falla, fue a Suiza) y que llegó a la conclusión de que "por la tele se ve mejor" creo que Doña Concha puede estar tranquila.
La genética tiene sus misterios. Todos los caminos conducen a Roma, lo que nadie sabe es que salen de Busto.
Nada que ver, lo sé pero es un urgente:
Manolo, le han dado a Miliki, el premio a toda una vida: toda una vida de extorsión y engaño, supongo.
En la ceremonia, el gran farsante pidió a sus niños de treinta años que ocuparan el escenario y se subió Carmen Sevilla(¡!) Así flipaba, así, así... Así flipaba que yo la vi.
Impagable la crónoca de Manuel Campo Vidal, recuperado del olvido por el peródico gratuito ADN.
El viejito es mucho más guapo, y no es pasión de hija, y mi madre va mejor peinada que esa rubia desmelenada que le acompaña. Pero sí, he de reconocer que el parecido es bastante curioso. ¿Tendrá Alfrico una doble vida como viajero impenitente? ¿Qué hace cuando dice que va a la oficina? ¿Y cuando se va "al campo"?
Alfredo, ¿por qué has tenido que sacar la foto? Después del disgusto al enterarme del verdadero cariz de Miliki, ahora empiezo a dudar de mi propio padre!!!!
Un cordial saludo al entrañable Alfrico.
Veo que no soy el único que desprecia a MIliki y a su prole. Milikito es otro desalmado. Fiel seguidor de las tropelías de su padre, ya hizo pupa en los 90, haciendo una versión guay de "Susanita tiene un ratón", aprovechando el tirón del VIP; así los niños setenteros - en aquel entonces adolescentes con picores- se apuntaban al carro de la nostalgia. Diez años después se perpetró el execrable revival "A mis niños de 30 años", del que ya se ha hablado en este foro.
Volvamos a MIlikito. La serie "Médico de familia" fue la más aberrante escenificación de la nueva España pepera pero pogre de mediados de los 90. El clasismo que rezumaba la serie era insoportable. Ejemplo:
- Poli (novio de Juani, la criada), tiene su momento de gloria dando buenos consejos a otro personaje, quien se lo agradece. Juani, orgullosa de su novio, le dice: "Ay, mi Poli, si tu podrías ser psicólogo". A continuación, el amigo íntimo (piloto) del médico Nacho, aparece en escena, y propinando un cogotazo a Poli le espeta: "¡Que para eso hay que estudiar!".
Varias historias se entrelazaban en cada episodio. Niños, adolescentes, jóvenes profesionales y viejos podían seguir entusiasmados las tramas semanales. Al margen de Nacho había tres personajes que me parecían odiosos: Chechu, el hijo varón del médico; Marcial (perdedor patético y amigo de Poli) y sobre todo el asqueroso viejo Matías.
Produce pavor imaginar lo que estaría haciendo Fofito en aquella época... Algún día tenemos que dedicarle un especial a otro miembro de la saga, un tal Rody Aragón. Perdedor con mayúsculas, en lugar de darse a la bebida , prefirió mendigar la sopaboba en espantosos programas de variedades... nadie recordará su nombre. Saludos.
creo que en la foto de "Alfrico", además de que se parece, la forma de vestir y de sentarse también ayudan. De hecho, cuando estoy viendo esta foto, le estoy viendo atendiendo una visita del cura de Busto o alguien por el estilo.
¿puede ser?
Total, esa amable forma de fingir que se escucha mientras se piensa en el ladrillo...
Sí que se parece. La última vez que ví a tus viejos me crucé con ellos por una pista del monte de La Esperanza y casi les atropello con mi arma de destrucción individual (la bici). El parecido razonable ejjjj lo que tiene. ¿recuerdas que de pequeño siempre te confundían con mi hermano? Ahora ya no tanto. No sé quién es el que sale ganando, si tú o él.
Un abrazo. Hugueta
Hugo, gracias por tus comentarios. Nos vemoa a finales de agosto, vete preparando la parrilla.
Lo encontré, cara a cara. Nuestros semblantes escrutándose desesperadamente, intentando invertir el reconocimiento. Ese asqueroso lunar que sobresalía como un promontorio en su escuálida mejilla derecha. Nuestras miradas enfocaban en primer plano ese defecto que considerábamos únicamente nuestro, irreemplazable, insustituible.Como frente a un espejo, pero negando nuestra apariencia. Ser en el otro no siendo nada (el descubrimiento de la no identidad). Devuélveme mi imperfección, maldito cabrón.
Publicar un comentario