Se celebraba ayer (llego tarde por unos minutos) el Blog Action Day, una iniciativa encaminada a que los bloggers de todo el mundo unan sus voces por una buena causa. Este año la buena causa es, naturalmente, la lucha contra el cambio climático, que abandera el cuasi presidente de EE UU Al Gore. La jornada ha recibido el apoyo de empresas como Google e instituciones como Naciones Unidas.
Me uno a la iniciativa. En una conferencia celebrada en febrero en París la comunidad científica concluyó, con una certeza del 90%, que el calentamiento global existe y está causado por la acción humana. Yo a la comunidad científica no la pongo en duda porque me parecería la mayor de las herejías. Pero sí soy crítico con lo que desde hace meses hacemos en la comunidad periodística. El cambio climático se ha convertido en la catástrofe de moda, como antes lo fueron el agujero de ozono (¿qué fue de él?) las vacas locas (iban a a acabar con siglos de Imperio Británico), y la gripe aviar (la peste del siglo XXI). Y un tema de moda es peligroso porque los redactores nos vemos tentados a tragarnos acríticamente las informaciones y enfoques que engorden más la magnitud del desastre.
Digámoslo otra vez, no nos condenen a la hoguera: el calentamiento global existe -y aunque no existiera es de locos seguir echando mierda a la atmósfera- y es un asunto gravísimo. Pero aunque eso sea una verdad científica no convierte en cierto cualquier informe o pseudoinforme que anuncie la llegada del apocalipsis a través de la subida de temperaturas. Un día nos levantamos y leemos que el mar va a subir siete metros en un siglo. Pero a la semana siguiente son siete centímetros. El Polo Norte se va a deshelar en 2050. O en 2036. O el año que viene. Este verano iba a ser el más caluroso en cien años y he puesto el aire acondicionado tres días. ¿En qué quedamos?
Deberíamos ser los periodistas los que pusiéramos orden en esta marea amarillista pero ya saben lo que nos gusta un titular impactante. También habrá quien vea en esta actitud buenos propósitos, mas que sensacionalismo, y diga: "Por una vez no está mal exagerar". Pues no señor. Nuestra tarea debería ser contar la verdad, no informaciones inexactas, por muy elevadas que sean las intenciones. Kapuscinski decía que este oficio no es para cínicos. Pero Bastenier apostillaba: la bondad sin más hace mal periodismo.
martes, 16 de octubre de 2007
A vueltas sobre el cambio climático
Etiquetas: musica, vídeos
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calentamiento global,
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periodismo
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5 comentarios:
Eres un fascista sin paliativos
Anónimo, no se meta con mi amigo a no ser que pertenezca usted a la cúpula de algún medio de comunicación, o lo que es peor, a un sindicato de periodistas, en cuyo caso podría comprender su comentario. Buenas tardes.
Al Gore es un figurín y su película un gran ladrillo.
Ha pasado de ser "El Soso", como lo llamaba Woody Allen (que lo votaba, como la mayoría) a a una estrella de Hollywood. Ahora ya tiene el Nobel y quizás un día no tan lejano deje de ser el ex futuro presidente de los EEUU y ocupe por fin la Casa Blanca.
Si Betty Missiego hubiese sabido rentabilizar el fracaso como él, ahora no saría madrina del blog.
Si llega a presidente yo me alegraré pero espero que haga como su compañero de Nóbel Jimmy Carter y quite la calefacción en agosto. Con lo que aprieta el calor al Norte de Virginia la austeridad (o tacañería) de Carter debía ser notable, entonces lo del cambio climático no se estilaba. El movimiento se demuestra andando.
Lo de la capa de ozono es uno de los éxitos peor vendidos de la historia. Realmente se consiguió sustituir los clorufloururocarbonados por otros gases bastante más inocuos. Se hizo en todo el mundo desarrollado de entonces, finales de los años ochenta y principios de los noventa. Creo que India y China no se toman la prohibición muy en serio, pero el agujero ha dejado de crecer. No se ha reducido, porque todavía queda digestión pendiente, pero ya no aumenta. El científico mexicano Mario José Molina recibio el Nobel de química por sus investigaciónes concluyentes sobre el asunto.
Por cierto, a mí Bastenier me decía 'yo no me caso ni con Hitler ni con la Virgen María'.
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